La revolución tecnológica - Introducción
Si reflexionamos sobre el efecto devastador que tuvo en los años sesenta la “retransmisión en directo” delos horrores de la guerra de Vietnam, empezamos a saber de qué estamos hablando. El efecto de aquellas imágenes en la opinión pública consiguió acabar con la guerra. Los políticos y militares no han vuelto a permitir que vuelva a suceder algo similar; por eso, la “Tormenta del desierto” no tuvo la misma oportunidad.
Las consecuencias de exhibir imágenes políticamente incorrectas disuadió a las autoridades de veleidades informativas. El poder de las imágenes ha sido desde siempre ponderado cabalmente y se ha venido mencionando un supuesto enfrentamiento entre imagen y palabra. Pero si siempre se ha sugerido la preponderancia de la imagen frente a la palabra, ahora, además, se ve reforzada con dos cualidades: la inmediatez y la universalidad. La CNN emitirá el acontecimiento en directo, exactamente en el mismo instante en que éste se está produciendo, e, independientemente del lugar del mundo en que cualquiera se encuentre en ese mismo instante, podrá verlo.
Tiempo y espacio, ¿dónde han quedado?.
Lo anterior no es más que una muestra de lo que se describen como rasgos distintivos de la revolución tecnológica. Una enorme capacidad para procesar y transmitir información a una velocidad creciente, con un coste decreciente, y la posibilidad de distribuirla a través de redes que se extienden por todo el mundo. Las consecuencias de este fenómeno saltan a la vista, reflejándose en una uniformización de modos, hábitos y costumbres. Es el resultado de la distribución universal de imágenes, más o menos estandarizadas, y su impacto en civilizaciones y sociedades de costumbres muy diversas. Es evidente que los avances tecnológicos que se vienen produciendo en las últimas décadas están cambiando las formas de vivir y comunicarse, incluso nos están transformando a nosotros mismos.
La rapidez con que los cambios se producen llena de asombro, y origina fenómenos desconocidos como quela innovación vaya por delante de la producción y los stocks no puedan almacenarse por mucho tiempo, ya que su obsolescencia será inmediata. Ese es, precisamente, uno de los rasgos distintivos de la revolución tecnológica, la aplicación inmediata de las innovaciones. Los productos informáticos son probados por "betatesters" (testadores de versiones beta, o de prueba) y, poco después, pasamos los incautos usuarios a sufrir las consecuencias de la precipitación. Lo mismo puede decirse de todo tipo de artefactos y artilugios cuya vida útil se acorta sorprendente y progresivamente. Las definiciones de lo que es la tecnología coinciden en su mayoría: consiste en el uso del conocimiento científico para especificar modos de hacer cosas de una manera reproducible. También se muestra coincidencia respecto a la bondad o maldad de la tecnología, que no es ninguna de ambas cosas, ni tampoco neutral. La clave está, como en tantas otras cosas, en el modo en que se utilice.
Manuel Castells señala cinco rasgos como identificativos de la nueva situación informacional y tecnológica:
1) La información es la materia prima de la revolución,
2) La innovación penetra en casi toda la actividad humana,
3) El sistema está constituido por y en redes,
4) El sistema es sumamente flexible y,
5) Los avances tecnológicos convergen en sistemas cada vez más integrados.
Una de las razones que explican la expansión de las tecnologías de la información y de la comunicaciónes la conversión de los formatos y la creación del formato digital. Principios teóricos, fácilmente comprensibles, enuncian que lo más comprimido ocupa menos espacio y es más fácil de transportar, aunque a mayor compresión se pierda algo de fidelidad respecto al modelo.
Negroponte, se permite casi un alarde poético al definir un bit como "un estado de ser" o, también, de otra forma más práctica y como se conoce popularmente, al decir que "un bit es un 1 o un 0".
Algo tan simple y pequeño como un bit ha generado la revolución digital. Y es que su esencia se escapa a las habituales pautas de clasificación. Los bits vuelan y no tienen fronteras, son intangibles, no como los átomos. La esencia inmaterial de la información, su vaporosidad, la capacidad de almacenar cantidades ingentes utilizando tecnología digital, es decir bits, ha transformado el mundo.
Las consecuencias de tantrascendente acontecimiento son valoradas de formas diversas y contrapuestas, aquí tan sólo algunas de ellas.
1) Para algunos las consecuencias de vivir en un mundo intercomunicado, global, se están ya viviendo y se llaman movimientos masivos de población, deterioro irreversible del medio ambiente o amenaza del desempleo a gran escala.
2) Otra de las consecuencias de trascendencia capital y cuyas secuelas también se pueden comprobar fácilmente, es la pérdida de relevancia de los Estados en su concepción tradicional y su paulatina sustitución por organismos supranacionales. Nadie duda de la importancia de las decisiones que adoptan Bruselas, el G-7, la Trilateral, el FMI, el Banco Mundial, la OCDE, la OTAN, la ONU, etc.
No obstante, la clave del análisis que se precisa para entender el fenómeno no se encuentra tanto en la ponderación delas bondades de un mundo más racionalmente dirigido o simplemente más centralizado; la clave, radica en la profundización de las desigualdades.
Negroponte señala que "el 20% del mundo consume el 80% de sus recursos", o que "una cuarta parte de nosotros tiene un nivel de vida aceptable y las tres cuartas partes restantes no lo tiene". El último Informe sobre el Desarrollo Mundial, 2000/2001, difundido por una institución también poco ‘sospechosa’ de veleidades revolucionarias como es el Banco Mundial, es sencillamente desalentador ya que, lo peor de todo, resulta ser el ‘crecimiento inverso’ de zonas, regiones, países y continentes.
Asimismo, se puede acudir a los últimos trabajos del premio Nobel Amartya Sen, donde se muestran algunas claves para la transformación del desarrollo en libertad. A lo largo de la reciente historia se han fundido las previsiones con las predicciones. Y, así, se han polarizado dos visiones sobre el futuro: optimistas y pesimistas.
En el terreno de las predicciones, se alude con frecuencia a las teorías de Marshal McLuhan para recriminarle su errónea previsión. Porque el mundo no sólo no ha abandonado la letra seducido por la imagen, muy al contrario, para manejar un ordenador se necesita saber leer y escribir. Y tampoco nos encontramos en una aldea, ni digital, ni analógica; no estamos, en suma, en un mundo feliz. La nueva tecnología electrónica comporta riesgos como la soledad o el requisito de poseer la capacidad de discernir entre lo accesorio y lo sustancial, una nueva capacidad de abstracción.
Estas nuevas capacidades requeridas exigen, una vez más, repensar el modelo de educación: se precisan nuevas competencias que permitan gestionar la abstracción o diferenciar lo real de lo virtual, cualidades, en definitiva, que capaciten a las nuevas generaciones y no condenen a los individuos a ser "indigentes digitales" o "analfabetos tecnológicos".
La revolución tecnológica es diferente.
Las nuevas tecnologías de la información no son simples herramientas para ser aplicadas, sino que son procesos para ser desarrollados. Por primera vez en la historia, la mente humana es una fuerza productiva directa, no solo un elemento decisivo del sistema de producción. Este sistema tiene su propia lógica enclavada, caracterizada por la capacidad de trasladar todos los inputs en un sistema común de información, y de procesar esa información a una velocidad creciente, con poder creciente, a costo decreciente, en una red de recuperación y distribución potencialmente ubicua. Lo que caracteriza a la revolución tecnológica actual no es el carácter central del conocimiento y la información, sino la aplicación de ese conocimiento e información a aparatos de generación de conocimiento y procesamiento de la información/comunicación, en un círculo de retroalimentación acumulativo entre la innovación y sus usos.
Los empleos de las nuevas tecnologías de las telecomunicaciones en las dos últimas décadas han pasado por tres etapas diferenciadas: 1) automatización de las tareas; 2) experimentación de los usos y 3) reconfiguración de las aplicaciones. En las dos primeras etapas, la innovación tecnológica progresó mediante el aprendizaje por el uso. En la tercera etapa, los usuarios aprendieron tecnología creándola y acabaron reconfigurando las redes y encontrando nuevas aplicaciones. Los usuarios y los creadores pueden convertirse en los mismos. De este modo, los usuarios pueden tomar el control de la tecnología como en el caso de Internet.
Existe un rasgo adicional que caracteriza a la revolución de la tecnológica de la información comparada con sus predecesoras históricas. Las revoluciones tecnológicas se dieron sólo en unas cuantas sociedades y se difundieron en un área geográfica relativamente limitada, viviendo a menudo en un espacio y tiempo aislados con respecto a otras regiones del planeta. Así, mientras los europeos tomaron algunos de los descubrimientos ocurridos en China, durante muchos siglos, China y Japón sólo adoptaron la tecnología europea de forma muy limitada, restringiéndose fundamentalmente a las aplicaciones militares.
El contacto entre civilizaciones de diferentes niveles tecnológicos con frecuencia tomó la forma de la destrucción dela menos desarrollada o de aquellas que no habían aplicado su conocimiento sobre todo a la tecnología militar, como fue el caso de las civilizaciones americanas aniquiladas por los conquistadores españoles.
La revolución industrial se extendió a la mayor parte del globo desde sus tierras originales de Europa Occidental durante los dos siglos posteriores. Pero su expansión fue muy selectiva y su ritmo, muy lento para los parámetros actuales de difusión tecnológica.
En contraste, las nuevas tecnologías de información se han expandido por todo el mundo a la velocidad del relámpago en menos de dos décadas, entre mediados de los 70 y mediados de los 90, desplegando una lógica característica de esta revolución tecnológica que no es otra sino la aplicación inmediata para su propio desarrollo de las tecnologías que genera.
Tecnología
Qué es “realmente” la tecnología? ¿La habilidad para resolver cualquier problema? ¿La fuente de todos los males? ¿La manifestación física del genio de la humanidad? ¿El incremento que se puede obtener de una hora de trabajo o de una unidad de capital? ¿El control de la naturaleza por la humanidad? ¿El control de cierta gente sobre otra gente sirviéndose de la naturaleza como instrumento?
Sea cual sea la respuesta la tecnología es nuestra y la responsabilidad del uso de la misma es compromiso de todos, pues la tecnología unida a la ciencia, ha producido en los últimos decenios un cambio claramente perceptible en nuestra forma de vivir y de entender la realidad. El desarrollo inexorable de la ciencia nos ha permitido conocer más y más cosas sobre el mundo que nos rodea, sobre nosotros mismos y sobre las organizaciones sociales que hemos construido. Pero la tecnología nos permite, además, transformar el mundo, nuestras sociedades e incluso a nosotros mismos.
La Tecnología no es buena o mala. La primera Ley de Kranzberg dice lo siguiente: “La tecnología no es ni buena ni mala, ni tampoco neutral. Es en efecto una fuerza, probablemente más que nunca bajo el paradigma tecnológico actual, que penetra en el núcleo de la vida y de la mente. Pero su despliegue real en el ámbito de la acción social consciente y la compleja matriz de la interacción de las fuerzas tecnológicas desatadas por nuestra especie, y la misma especie, son una cuestión que ha de investigarse, más que una fatalidad por cumplirse.
La tecnología en sí misma no es ni buena ni mala, sino que es la manera en que se utiliza una tecnología lo que determina tanto la naturaleza como la amplitud de sus beneficios.
Si reflexionamos sobre el efecto devastador que tuvo en los años sesenta la “retransmisión en directo” delos horrores de la guerra de Vietnam, empezamos a saber de qué estamos hablando. El efecto de aquellas imágenes en la opinión pública consiguió acabar con la guerra. Los políticos y militares no han vuelto a permitir que vuelva a suceder algo similar; por eso, la “Tormenta del desierto” no tuvo la misma oportunidad.
Las consecuencias de exhibir imágenes políticamente incorrectas disuadió a las autoridades de veleidades informativas. El poder de las imágenes ha sido desde siempre ponderado cabalmente y se ha venido mencionando un supuesto enfrentamiento entre imagen y palabra. Pero si siempre se ha sugerido la preponderancia de la imagen frente a la palabra, ahora, además, se ve reforzada con dos cualidades: la inmediatez y la universalidad. La CNN emitirá el acontecimiento en directo, exactamente en el mismo instante en que éste se está produciendo, e, independientemente del lugar del mundo en que cualquiera se encuentre en ese mismo instante, podrá verlo.
Tiempo y espacio, ¿dónde han quedado?.
Lo anterior no es más que una muestra de lo que se describen como rasgos distintivos de la revolución tecnológica. Una enorme capacidad para procesar y transmitir información a una velocidad creciente, con un coste decreciente, y la posibilidad de distribuirla a través de redes que se extienden por todo el mundo. Las consecuencias de este fenómeno saltan a la vista, reflejándose en una uniformización de modos, hábitos y costumbres. Es el resultado de la distribución universal de imágenes, más o menos estandarizadas, y su impacto en civilizaciones y sociedades de costumbres muy diversas. Es evidente que los avances tecnológicos que se vienen produciendo en las últimas décadas están cambiando las formas de vivir y comunicarse, incluso nos están transformando a nosotros mismos.
La rapidez con que los cambios se producen llena de asombro, y origina fenómenos desconocidos como quela innovación vaya por delante de la producción y los stocks no puedan almacenarse por mucho tiempo, ya que su obsolescencia será inmediata. Ese es, precisamente, uno de los rasgos distintivos de la revolución tecnológica, la aplicación inmediata de las innovaciones. Los productos informáticos son probados por "betatesters" (testadores de versiones beta, o de prueba) y, poco después, pasamos los incautos usuarios a sufrir las consecuencias de la precipitación. Lo mismo puede decirse de todo tipo de artefactos y artilugios cuya vida útil se acorta sorprendente y progresivamente. Las definiciones de lo que es la tecnología coinciden en su mayoría: consiste en el uso del conocimiento científico para especificar modos de hacer cosas de una manera reproducible. También se muestra coincidencia respecto a la bondad o maldad de la tecnología, que no es ninguna de ambas cosas, ni tampoco neutral. La clave está, como en tantas otras cosas, en el modo en que se utilice.
Manuel Castells señala cinco rasgos como identificativos de la nueva situación informacional y tecnológica:
1) La información es la materia prima de la revolución,
2) La innovación penetra en casi toda la actividad humana,
3) El sistema está constituido por y en redes,
4) El sistema es sumamente flexible y,
5) Los avances tecnológicos convergen en sistemas cada vez más integrados.
Una de las razones que explican la expansión de las tecnologías de la información y de la comunicaciónes la conversión de los formatos y la creación del formato digital. Principios teóricos, fácilmente comprensibles, enuncian que lo más comprimido ocupa menos espacio y es más fácil de transportar, aunque a mayor compresión se pierda algo de fidelidad respecto al modelo.
Negroponte, se permite casi un alarde poético al definir un bit como "un estado de ser" o, también, de otra forma más práctica y como se conoce popularmente, al decir que "un bit es un 1 o un 0".
Algo tan simple y pequeño como un bit ha generado la revolución digital. Y es que su esencia se escapa a las habituales pautas de clasificación. Los bits vuelan y no tienen fronteras, son intangibles, no como los átomos. La esencia inmaterial de la información, su vaporosidad, la capacidad de almacenar cantidades ingentes utilizando tecnología digital, es decir bits, ha transformado el mundo.
Las consecuencias de tantrascendente acontecimiento son valoradas de formas diversas y contrapuestas, aquí tan sólo algunas de ellas.
1) Para algunos las consecuencias de vivir en un mundo intercomunicado, global, se están ya viviendo y se llaman movimientos masivos de población, deterioro irreversible del medio ambiente o amenaza del desempleo a gran escala.
2) Otra de las consecuencias de trascendencia capital y cuyas secuelas también se pueden comprobar fácilmente, es la pérdida de relevancia de los Estados en su concepción tradicional y su paulatina sustitución por organismos supranacionales. Nadie duda de la importancia de las decisiones que adoptan Bruselas, el G-7, la Trilateral, el FMI, el Banco Mundial, la OCDE, la OTAN, la ONU, etc.
No obstante, la clave del análisis que se precisa para entender el fenómeno no se encuentra tanto en la ponderación delas bondades de un mundo más racionalmente dirigido o simplemente más centralizado; la clave, radica en la profundización de las desigualdades.
Negroponte señala que "el 20% del mundo consume el 80% de sus recursos", o que "una cuarta parte de nosotros tiene un nivel de vida aceptable y las tres cuartas partes restantes no lo tiene". El último Informe sobre el Desarrollo Mundial, 2000/2001, difundido por una institución también poco ‘sospechosa’ de veleidades revolucionarias como es el Banco Mundial, es sencillamente desalentador ya que, lo peor de todo, resulta ser el ‘crecimiento inverso’ de zonas, regiones, países y continentes.
Asimismo, se puede acudir a los últimos trabajos del premio Nobel Amartya Sen, donde se muestran algunas claves para la transformación del desarrollo en libertad. A lo largo de la reciente historia se han fundido las previsiones con las predicciones. Y, así, se han polarizado dos visiones sobre el futuro: optimistas y pesimistas.
En el terreno de las predicciones, se alude con frecuencia a las teorías de Marshal McLuhan para recriminarle su errónea previsión. Porque el mundo no sólo no ha abandonado la letra seducido por la imagen, muy al contrario, para manejar un ordenador se necesita saber leer y escribir. Y tampoco nos encontramos en una aldea, ni digital, ni analógica; no estamos, en suma, en un mundo feliz. La nueva tecnología electrónica comporta riesgos como la soledad o el requisito de poseer la capacidad de discernir entre lo accesorio y lo sustancial, una nueva capacidad de abstracción.
Estas nuevas capacidades requeridas exigen, una vez más, repensar el modelo de educación: se precisan nuevas competencias que permitan gestionar la abstracción o diferenciar lo real de lo virtual, cualidades, en definitiva, que capaciten a las nuevas generaciones y no condenen a los individuos a ser "indigentes digitales" o "analfabetos tecnológicos".
La revolución tecnológica es diferente.
Las nuevas tecnologías de la información no son simples herramientas para ser aplicadas, sino que son procesos para ser desarrollados. Por primera vez en la historia, la mente humana es una fuerza productiva directa, no solo un elemento decisivo del sistema de producción. Este sistema tiene su propia lógica enclavada, caracterizada por la capacidad de trasladar todos los inputs en un sistema común de información, y de procesar esa información a una velocidad creciente, con poder creciente, a costo decreciente, en una red de recuperación y distribución potencialmente ubicua. Lo que caracteriza a la revolución tecnológica actual no es el carácter central del conocimiento y la información, sino la aplicación de ese conocimiento e información a aparatos de generación de conocimiento y procesamiento de la información/comunicación, en un círculo de retroalimentación acumulativo entre la innovación y sus usos.
Los empleos de las nuevas tecnologías de las telecomunicaciones en las dos últimas décadas han pasado por tres etapas diferenciadas: 1) automatización de las tareas; 2) experimentación de los usos y 3) reconfiguración de las aplicaciones. En las dos primeras etapas, la innovación tecnológica progresó mediante el aprendizaje por el uso. En la tercera etapa, los usuarios aprendieron tecnología creándola y acabaron reconfigurando las redes y encontrando nuevas aplicaciones. Los usuarios y los creadores pueden convertirse en los mismos. De este modo, los usuarios pueden tomar el control de la tecnología como en el caso de Internet.
Existe un rasgo adicional que caracteriza a la revolución de la tecnológica de la información comparada con sus predecesoras históricas. Las revoluciones tecnológicas se dieron sólo en unas cuantas sociedades y se difundieron en un área geográfica relativamente limitada, viviendo a menudo en un espacio y tiempo aislados con respecto a otras regiones del planeta. Así, mientras los europeos tomaron algunos de los descubrimientos ocurridos en China, durante muchos siglos, China y Japón sólo adoptaron la tecnología europea de forma muy limitada, restringiéndose fundamentalmente a las aplicaciones militares.
El contacto entre civilizaciones de diferentes niveles tecnológicos con frecuencia tomó la forma de la destrucción dela menos desarrollada o de aquellas que no habían aplicado su conocimiento sobre todo a la tecnología militar, como fue el caso de las civilizaciones americanas aniquiladas por los conquistadores españoles.
La revolución industrial se extendió a la mayor parte del globo desde sus tierras originales de Europa Occidental durante los dos siglos posteriores. Pero su expansión fue muy selectiva y su ritmo, muy lento para los parámetros actuales de difusión tecnológica.
En contraste, las nuevas tecnologías de información se han expandido por todo el mundo a la velocidad del relámpago en menos de dos décadas, entre mediados de los 70 y mediados de los 90, desplegando una lógica característica de esta revolución tecnológica que no es otra sino la aplicación inmediata para su propio desarrollo de las tecnologías que genera.
Tecnología
Qué es “realmente” la tecnología? ¿La habilidad para resolver cualquier problema? ¿La fuente de todos los males? ¿La manifestación física del genio de la humanidad? ¿El incremento que se puede obtener de una hora de trabajo o de una unidad de capital? ¿El control de la naturaleza por la humanidad? ¿El control de cierta gente sobre otra gente sirviéndose de la naturaleza como instrumento?
Sea cual sea la respuesta la tecnología es nuestra y la responsabilidad del uso de la misma es compromiso de todos, pues la tecnología unida a la ciencia, ha producido en los últimos decenios un cambio claramente perceptible en nuestra forma de vivir y de entender la realidad. El desarrollo inexorable de la ciencia nos ha permitido conocer más y más cosas sobre el mundo que nos rodea, sobre nosotros mismos y sobre las organizaciones sociales que hemos construido. Pero la tecnología nos permite, además, transformar el mundo, nuestras sociedades e incluso a nosotros mismos.
La Tecnología no es buena o mala. La primera Ley de Kranzberg dice lo siguiente: “La tecnología no es ni buena ni mala, ni tampoco neutral. Es en efecto una fuerza, probablemente más que nunca bajo el paradigma tecnológico actual, que penetra en el núcleo de la vida y de la mente. Pero su despliegue real en el ámbito de la acción social consciente y la compleja matriz de la interacción de las fuerzas tecnológicas desatadas por nuestra especie, y la misma especie, son una cuestión que ha de investigarse, más que una fatalidad por cumplirse.
La tecnología en sí misma no es ni buena ni mala, sino que es la manera en que se utiliza una tecnología lo que determina tanto la naturaleza como la amplitud de sus beneficios.
yyyy??
ResponderEliminar