Durante el auge de la cristiandad la sociedad se encontraba centrada en la “Autoridad divina” la cual constituían los Reyes y los Papas, esta era una constitución iglesia -imperio, que le otorgaba al estado y a quien lo regia un poder omnímodo y absoluto sobre los individuos, relegados a la condición de fieles, súbditos, vasallos o siervos. La escolástica, por razones obvias, tratara de sustentar y defender estas doctrinas de subordinación y sometimiento incondicional del pueblo a cualquiera que gobierne “en nombre del mismo Dios”.
Durante el Renacimiento, se empiezan a suscitar con insistencia las cuestiones sociales en torno a la potestad y competencia del estado frente a los derechos individuales y colectivos del pueblo.
En esos años Maquiavelo, partidario del poder absolutista, concibe al estado centrado en un Príncipe, en donde la voluntad de los individuos esta controlada y supeditada por la del príncipe, el cual rige y gobierna con absoluta autoridad.
En esos años Maquiavelo, partidario del poder absolutista, concibe al estado centrado en un Príncipe, en donde la voluntad de los individuos esta controlada y supeditada por la del príncipe, el cual rige y gobierna con absoluta autoridad.
A lo anterior es necesario recapitular a Francisco de Vitoria quien dice que el fin de toda autoridad es gobernar, es decir, organizar y proyectar las cosas de acuerdo a su naturaleza y destino. Esto quiere decir que el hombre integrado en sociedad, adquiere y delega derechos y obligaciones, ya que al hacerse acreedor de los beneficios sociales, somete su propia libertad y sus derechos individuales a la soberanía de la autoridad social.
Resumiendo lo dicho en la primera parte y en aquí señalaremos que:
Para Aristóteles el fin de la comunidad ciudadana es el bien, según él, este bien consiste en el mismo objetivo de la felicidad: Vivir y obrar rectamente. Ese es el bien supremo, que redunda en felicidad como ultimo objetivo de del hombre es indistintamente el mismo tanto para el individuo como para la colectividad ciudadana.
El resultado de la tendencia social del hombre según Francisco de Vitoria, es el resultado de sus propias limitaciones y exigencias naturales a las que no puede responder el individuo aislado y solo. “Las sociedades se constituyen por el fin que se proponen a alcanzar, que es el bien común, y ese mismo fin es el que las conserva y lo que determina el orden y la jerarquía”.
Hobbes por su parte sostiene que no hay más que dos fuentes de poder: la naturaleza y el pacto. El poder que viene de la naturaleza se basa en la fuerza. El poder de Dios tiene su fundamento en la omnipotencia divina… Pero en el estado civil, el poder y el derecho soberano no vienen de Dios ni de la iglesia, ni de la naturaleza, sino del pacto social, es decir del hombre mismo.
¿Qué implica el pacto?
El pacto en primera instancia implica que los individuos dejan de ser entes aislados, para conformar un cuerpo, un organismo civil, una sociedad. Los individuos optan por dejar de lado sus singularidades, poniendo en primera instancia el bien común, abogando por sus derechos y otorgando el poder a un soberano, al cual le han cedido parte de sus derechos para así configurar entre todos un poder que recibe el nombre de Estado, en el cual hay un solo , indivisible e inviolable poder, ejercido por quien es la encarnación viviente del pueblo y del estado. “El soberano”.
Rousseau considera al estado en la calidad de organismo social como un producto del pacto entre los individuos. Entre el pacto y por el pacto. Para Rousseau: "Se unen las voluntades de todos los particulares en una sola voluntad general colectiva, cuyo objeto es, no el bien particular de cada uno, sino el bien y el interés común, que prevalecen siempre sobre el de los particulares"
De lo anterior podemos decir que la soberanía reside en el pueblo. Y los distintos gobernantes no son más que administradores y ejecutores de la soberanía popular. Por este motivo la doctrina de Rousseau, es la que más se ajusta a un ideal de justicia y armonía social, pues debemos considerar al estado como un ente social al servicio y a la voluntad del pueblo, de este modo, el estado, en representación del pueblo, tomaría decisiones no para el beneficio propio de los dirigentes, sino para el beneficio de la mayoría de la gente ósea el pueblo.
En teoría ese debe ser el papel del Estado, del pueblo y el soberano. Que lejos esta lo que se dice de lo que se hace.
¿O tú qué piensas?...
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