lunes, 1 de marzo de 2010

¿Qué es el hombre? 1ra Parte.

¿Qué es el hombre?


Una pregunta muy compleja con infinidad de respuestas. Podemos decir que el hombre simplemente es; es su entorno su circunstancia, su pasado, su presente, su futuro. El hombre es más que una compleja estructura de tejidos, estructura osea, nerviosa y celular. El hombre es un ente animal, psicológico, social, político, etc. Es un ser lleno de sentimientos, de acciones y reacciones de las que destaca la más importante y la que establece la principal diferencia con otros organismos vivos, el hombre es un animal político y racional


Partiendo de la respuesta anterior hemos de decir que el hombre es un ser social, un ser que se establece en sociedad, la cual es una agrupación constituida por personas, las cuales están individualizadas, pero también unidas bajo los mismos fines.


El hombre por si solo no puede concebirse sino es con alguien más, no puede estar aislado, ya que necesita de los demás para lograr cubrir sus necesidades, el hombre necesita bastarse de sus semejantes para lograr la satisfacción de sus necesidades y aspiraciones.


El hombre es el elemento fundamental de la sociedad, son los propios individuos de la especie, otros semejantes, que en combinación con la naturaleza, conforman una totalidad que más allá del numero de integrantes hacen valida la esencia de la integración plural de ideas. Por ello a esa fusión que conforma una asociación de elementos la denominamos sociedad.


Para Platón la sociedad tiene un origen egocéntrico, el hombre para Platón es un animal egoísta por naturaleza. Así podemos decir que el origen de la sociedad, podría remontarse a los meros orígenes del hombre, pues en el entorno natural en donde se encontraba, y respondiendo a sus necesidades se ve obligado a relacionarse con otros ya que no es capaz de bastarse por si solo, tanto material como espiritualmente hablando.


La sociedad aquí tiene una imagen creadora: el egoísmo primigenio del hombre. Dicho egoísmo conlleva a una condición de impotencia al momento en que el hombre no es capaz de hacer frente a la naturaleza y a los retos que esta le impone. Por tal razón el hombre con aras de satisfacer su necesidades busca su propio bien y su felicidad por lo que decide asociarse, solidarizarse con otros de su especie para así lograr objetivos comunes.
Ya los primeros vestigios de la humanidad nos remontan a que las primeras grandes civilizaciones se constituyeron apartir de la decisión de solidarizarse para así conformar un conjunto de normas y/o leyes, como las que se formaron en Babilonia, para los grandes historiadores de las primeras civilizaciones son los dioses quienes dictan las leyes a los hombres, por eso, las leyes son sagradas.
En una primera conclusión diremos que la sociedad tuvo su motivo de existir: satisfacer sus necesidades, sí bien el hombre es egoísta, la necesidad para solucionar problemas se convierte en el eje que articula una colectividad, misma que centra sus bases en el individuo y su satisfacción.


El hombre se une por una causa, su satisfacción; satisfacerse demanda cumplir y cubrir sus necesidades, combatir males, protegerse del extraño, etc. Al final el beneficio del grupo es el beneficio del propio individuo, así que mientras una sociedad no logre satisfacer al grupo, el individuo estará en franca molestia, misma que puede desencadenar un rompimiento social.


El objetivo de la sociedad es por lo tanto lograr el bienestar del grupo de integrantes, por medio de especializaciones individuales, es decir, que los integrantes se sirven cada uno de ellos a si mismos. Logrando abarcar la mayoría de las necesidades individuales dentro del grupo.


El hombre es un ser social y al respecto existen dos grandes interpretaciones del por qué el hombre es un ser social, la primera nos remite al Génesis en el "Texto" el hombre no es visto como un ente único en el mundo, sino que por el contrario se considera como célula humana a la unidad hombre - mujer, es decir que, el hombre es por esencia y necesariamente un ser en y para con, es decir, un ser social.


La segunda interpretación nos remite a Hobbes que en El Leviatán afirma que el hombre no es social por naturaleza, y que la sociedad no es la respuesta a una tendencia natural sino a una determinación artificial, la cual se basa en pactos, convecciones y alianzas. Recordemos que el hombre es un ente egoísta, que tiene como mayor defecto el ser ambicioso, el perseguir una tentación de poder lo lleva a comportarse de manera salvaje, para Hobbes el hombre es malo por naturaleza: Homo homini lupus.



La anterior sentencia no es propiamente de Hobbes, aunque este la popularizo, Es originaria del comediógrafo latino Tito Marcio Plauto, dicha frase podemos encontrarla en su brillante obra de nombre Asinaria, donde se lee lo siguiente: "Lupus est homo homini, non homo, quom qualis sit non novit." Que traducido significa: Lobo es el hombre para el hombre, y no hombre, cuando desconoce quién es el otro.



Retomemos la consideración hobbesiana y dejemos en claro que para él, el hombre es víctima de su propio egoísmo, de su irrestricta ambición de poder, por lo que se enfrenta a los demás individuos de su especie, por ello lejos de reconocerlos como su igual, los ve como sus enemigos .



Rousseau al igual que Hobbes considera que la organización social no deriva de una tendencia natural que impulsa a los individuos a asociarse entre si, sino que el hombre, al encontrarse ante un medio adverso, busca soluciones en las alianzas, a fin de vivir con una mayor seguridad.
Para Rousseau el contrato que establecen los hombres es el principio que genera toda sociedad, el hombre es un egoísta y en un estado natural se muestra como un salvaje, como un ente violento que en todo momento desea apoderase de la propiedad del otro, por tal motivo el hombre vive con miedo ante el otro, al no reconocerlo como su igual entra en un estado de guerra constante, una guerra de todos contra todos en este primer momentm Rousseau llama al hombre como un Salvaje.
Al darse el pacto el hombre cede parte de su libertad y la decanta en un poder soberano, mismo que recibe el nombre de Pacto Social para Rousseau dejando de lado su estado salvaje para pasar a ser un Buen Salvaje. El Estado así se convierte en el garante de la paz perpetua entre los hombres. El soberano tiene por ley garantizar el bienestar y la satisfacción de sus necesidades afín de preservar la armonía entre los hombres y evitar que estos se maten.

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