domingo, 25 de abril de 2010

La ciencia no lo es todo



Rosaura Ruiz y Juan Manuel Rodríguez publicaron una reflexión a propósito de la encuesta que María de las Heras hizo para el El País, sobre la percepción de la ciencia en México. Tanto Ruiz y Rodríguez, como de las Heras, coinciden en señalar que, a pesar de la buena estima que en México tiene la actividad científica todavía un número importante de personas creen en cosas acientíficas como los milagros o la astrología. Incuso, para subrayar el caso, de las Heras recurre no a su propia encuesta, sino a otra del Conacyt del 2007 para asegurar que: “todavía seis de cada diez mexicanos piensan que la astrología y el conocimiento de los signos del zodiaco es una ciencia, y una proporción similar considera que la parasicología también lo es.”

La reflexión de todos ellos parte, sin embargo, de una premisa falsa: la difusión y el conocimiento de la ciencia hace que la gente no crea en los milagros, la astrología o el horóscopo. Debería ser claro que, después de 400 años de ciencia, ésta ha llegado a convertirse en el epicentro del saber, y ha desplazado a otros saberes, otrora centrales, como la astrología, la parapsicologia o el espiritismo, hacia la periferia. Pero esto no significa que la ciencia haya probado que la astrología es falsa (ni siquiera lo ha hecho en el país de la ciencia por excelencia, como lo es Estados Unidos). En realidad, esa es una de las falacias principales de la historia de la ciencia: suponer que esta elimina las creencias precientíficas. Lo que ha hecho, en realidad, es desplazar, colocar ciertos saberes en otro lugar, pero no eliminar.

Muchas prácticas como la astrología, la consulta al horóscopo, la creencia en los milagros y en la fe, se mantienen por razones completamente diversas a su grado de verdad o de demostración. Están ahí porque son entretenidas, dan consuelo, estimulan la esperanza, dan sentido a la existencia. Si, la ciencia no ha alcanzado a ocupar el espacio que estas mantienen. Hay una comprensión del hombre, y una sabiduría de la vida personal, que la ciencia no ha ocupado y quizás, no pueda ocupar nunca.

Ernesto Priani

Fuente:
http://www.ernestopriani.com/index.php?id=30,226,0,0,1,0

Más allá de la moral laboral, más acá de la ética profesional.

Confesiones inéditas.

La vida de la Academia suele ser más relajada que la laboral. Inmersos entre una serie de tareas estudiantiles: -compromisos de nuestro propio desarrollo académico- nos debatimos constantemente entre aprender, conocer, cumplir y acreditar una asignatura que en el último de los casos consideramos pertinente (o quizá no) para nuestro desarrollo epistemológico en el área que estudiamos. No obstante, ahí, durante aquellos largos años en los que nos formamos básicamente (licenciatura), específicamente (maestría) y en el área de la investigación (doctorado), es difícil darnos cuenta de las posibilidades que se nos presentan una vez egresados de cualquier tipo de institución. En el último de los casos, damos un gran salto a una microsociedad laboral que nos exigirá y hará que nos exijamos constantemente “algo más allá” de lo que aprendimos en la escuela, y no es que la escuela esté distanciada de lo que “afuera” se nos exija, de hecho nuestro modelo académico (algunos lo siguen llamando nuevo, pero obedece a más de una década) se encuentra basado en lo que hoy está en boca de todos los profesionales de la educación, me refiero a las tan citadas “ competencias”.En suma, se pretende que los alumnos aprendan en la escuela lo que se les solicitará en la empresa, en alguna institución, etc., por lo tanto, es imprescindible la vinculación entre la academia y la futura profesión. Sin embargo, desgraciadamente, muchas veces observamos que esto no se da en su totalidad.

Quisiera referir a mi experiencia personal: egresé de la carrera de filosofía a los 22 años y un año después conseguí una plaza de medio tiempo en la Secretaría de Educación Pública, así, comencé dando clases de historia, español y formación cívica y ética a nivel secundaria, pero ¿qué sabía yo de dar clases?, ¿y qué sabía de dar clases a múltiples adolescentes de 12 a14 años? Nada, la academia no me había preparado para eso. La Escuela únicamente me había enseñado una gama extensa y profunda de conocimientos relacionados con la filosofía y su especificación: filosofía del arte, de la moral, de la política, de la historia, de la ciencia, de la tecnología, pero… nada de enseñar, (pese a que he de aclarar que el campo de la filosofía se encuentra restringido a la investigación y a la docencia). Entonces, ¿no sería pertinente que en la Universidad nos enfocaran epistemológicamente a desarrollar esas competencias? A lo que voy, es que es pertinente –dentro de la educación- que cada uno de ustedes reciba una serie de conocimientos, habilidades y actitudes que serán requeridos cuando laboren. ¿Y todo esto, qué relación tiene con la ética? ¡Mucha! Es sumamente pertinente que ustedes, en el marco de la Ingeniería que les corresponde, desarrollen no sólo conocimientos, sino habilidades y actitudes que requerirán en el mundo laboral, además es ineludible que tendrán que requerir de una ética profesional, insisto, una ética de este tipo tendrá que obedecer a realizar su trabajo con rectitud, con integridad, con la volición ( de la que hablamos en la primera unidad), de llevar a cabo sus sueños pensando siempre en los otros, y actuar conforme a las normas que en la nueva institución se los reclame, siempre y cuando no traicione sus ideales como profesionistas de la ingeniería.

¿Ustedes qué piensan?

viernes, 23 de abril de 2010

Ética Profesional

¨Ética Profesional
¨Primeras aproximaciones.


¨Introducción


¨¿Qué es lo que todos, o casi todos hacemos? Trabajar. Llevar a cabo un oficio, un empleo, una profesión. Pero en el trabajo hay algo más importante que la eficiencia, porque se trata de un factor que precisamente la hace posible. Este algo, de carácter ético, es lo único que funciona como razón de ser de una genuina eficiencia en el quehacer de las profesiones y los oficios.

¨Profesión

¨La palabra profesar significa “declarar o enseñar en público’’, y deriva del latín culto profiteri (cuyo participio es profesus), que quiere decir “declarar abiertamente’’, ‘‘hacer profesión’’, ‘‘confesar’’ . Del mismo origen provienen las palabras “profesor” y “profesión”, que sirven para hablar de ‘‘quien hace profesión de algo’’. Así decimos que alguien “hizo profesión de fe...”, que “profesó en la universidad de...”, etcétera. Por un lado, pues, el que declara públicamente, el que es un profesor, quien profesa una convicción; y por el otro, por la vía de la profesión, el profesional. El que es “un profesional” renuncia a sus intereses personales, cualesquiera que éstos sean, y “en cuerpo y alma” se pone al servicio de los intereses de su profesión, cuyo fundamento ético, asentado en la dignidad humana, impide tomar al hombre como un medio. Esa dignidad ética hace decir a Kant que al ser humano jamás se le debe tomar como un medio sino como un fin en sí mismo.

¨El sentido ético del trabajo

¨Todo el sentido ético del trabajo tiene su fundamento en la conexión de esa dignidad suya con su propio ser, con lo que esencialmente es como ser obrero (o ente que trabaja). El requerimiento pragmático de eficiencia usa a la persona como medio para conseguir beneficios o utilidades; en cambio, la exigencia ética de eficiencia, generada por el sentido ético del trabajo, toma al hombre respetándolo como un fin en sí mismo, y a su labor, como algo digno del mismo respeto que lo humano. El trabajo tiene un sentido ético, porque puede hacerse bien o mal; el sentido ético de la vida es posible porque puede vivirse bien o mal.

¨¿Qué es la ética profesional?

¨Ahora bien, si no perdemos de vista el sentido original de “profesar” y de “ser profesional”, quedamos en mejores condiciones para entender lo que quiere decir ética profesional, pues será más o menos evidente que se trata de la fuerza moral en la cual se apoya lo que profesamos, nuestra profesión. En otras palabras, estamos hablando del fundamento ético de nuestro quehacer; en primer lugar, públicamente declarado (como en la protesta que se rinde cuando alguien en una institución educativa queda autorizado académica y moralmente para ejercer una profesión ); en segundo, públicamente reconocido (cuando en ese mismo acto la sociedad simbólicamente avala la autorización), y en tercer lugar, públicamente retirado (cuando la comunidad, a través de una figura de autoridad retira, en una especie de degradación, el mencionado reconocimiento por una falla profesional o una infidelidad a su compromiso ético).

¨La ética profesional en el día a día

¨Todos, tarde o temprano, nos dedicamos a un oficio, un trabajo, un quehacer profesional... Entonces, es importante que podamos entender bien en qué sentido preciso nuestro quehacer puede ser, efectivamente, ético o puede dejar de serlo. La ética profesional no depende directamente de ciertas normas o códigos “de ética” de distintos gremios profesionales. Ella no trata sencillamente de ponernos en el dilema de cumplir o no determinadas reglas morales. Eso sucede naturalmente. Si se es hombre, es necesario elegir entre una cosa y otra (una acción u otra). Vivir es elegir. No hay salida. Estamos condenados a decidir, porque somos libres, y somos libres por la insuficiencia de nuestro ser, como lo señala Platón en El banquete. El comportamiento moral, y por tanto el de ética profesional, es por esencia libre, consciente y responsable de las consecuencias, independientemente de las buenas intenciones.

¨Conciencia moral y ética profesional

¨Los códigos morales (sean de carácter social, religioso o profesional) sólo orientan, de la mejor manera que pueden hacerlo, nuestras decisiones. Éstas son las que después de haber sido tomadas sufrirán nuestra aprobación y la ajena, o nuestro rechazo y el de los demás.

¨Como es bien sabido, muchos quehaceres tienen sus propios códigos, reglas o normas, explícita o implícitamente expresados. Pareciera que fuera suficiente con hacer lo que ellos mandan para estar con la conciencia tranquila. Pero no. No se trata de eso. La conciencia moral nunca está tranquila frente a los conflictos morales que nos ofrece siempre el repertorio de nuestras posibilidades vitales (de nuestras posibles opciones o elecciones).

¨¿Qué implica la ética profesional?

¨La ética, en el sentido profesional, tiene que ver íntimamente con nosotros. ¿Cómo es esto? Ella está directamente vinculada con la calidad moral de nuestro trabajo. Está implicada en el modo de llevar a cabo nuestro quehacer, e implica entrega vocacional, responsabilidad, honestidad intelectual y práctica (relativa a lo que sabemos y lo que hacemos). La ética profesional es fundamentalmente un compromiso con lo que ustedes hacen, con lo que yo hago, con lo que cada ser humano hace.

¨La Falla Ética

¨Una falla profesional, es decir, una falla de ética profesional, es algo muy grave, porque en realidad el ethos profesional no permite infidelidades o violaciones: el que las comete no es un profesional en falta; simple y radicalmente ya no lo es más. Un científico que miente, no es un hombre mentiroso, sino alguien que ya no es un científico; un médico que se pone al servicio de la muerte, deja de ser un médico, aunque siga teniendo su título en una delas paredes de su consultorio.

¨La función tiene que continuar

¨Con ética profesional, con ética del trabajo en todos los campos, no sólo en el teatro, ‘‘la unción tiene que continuar’’. ¿Y qué quiere decir eso? Normalmente cuando hablamos de que la función tiene que seguir adelante, hablamos de que independientemente del estado de ánimo, de lo que nos sucede internamente, de nuestra situación económica, de lo que está sucediendo en el mundo en ese momento (que inclusive puede ser algo muy grave), la responsabilidad profesional nos obliga a hacer nuestro trabajo como siempre, de una manera tan bien hecha como la tenemos que hacer en cualquier ocasión, pase lo que pase.

¨Conclusión

¨Entonces, en pocas palabras, y definiéndola rigurosamente, la expresión ‘‘ética del trabajo’’ significa, dentro de cualquier forma de praxis, un compromiso ineludible con nosotros mismos de hacer bien las cosas, un compromiso que no se puede dejar de cumplir, porque tiene que ver con un compromiso con nuestro propio ser, que nos hace más o nos hace menos, nos hace mejores o nos empeora, nos enriquece o nos empobrece en nuestro propia naturaleza.

¨La ética del trabajo es un compromiso ineludible, un principio que no se puede violar, una lealtad que no se puede abandonar, que no se puede defraudar. ¿Y por qué no? Si algún día estoy de muy mal humor, o sufro el dolor del abandono de mi pareja, o el del duelo de la ausencia de un ser querido, o me siento físicamente mal, podría decir: ahora no trabajo, o si lo hago, lo haré como pueda, como sea.

¨Pero la ética del trabajo, con su poder ontológico sobre nuestro propio ser, nos lo impide. No se puede, por razones éticas, hacer mal lo que se hace. Y damos por supuesto que en el mejor de los casos siempre se hace lo que se puede. Pero dentro de “lo que se puede” hay, en todo caso, un espacio de posibilidad para hacer bien lo que se hace.

¨¿Qué quiere decir eso? Significa que no hay razón para violar ese compromiso, esa lealtad, que es una lealtad con mi propio ser y con el ser del otro, ese prójimo que siempre completa el sentido de mi acción, como destinatario de ella, beneficiario, testigo, juez...

sábado, 17 de abril de 2010

Exposición fotográfica: la mirada extralúcida

Hoy en día asistimos a una cultura de lo visual. Muchos pensadores, entre ellos Jean Baudrillard, han denunciado la capacidad de las imágenes para transportarnos a una hiper realidad. Desde esta perspectiva, la imagen posee una característica negativa, según este autor "ya no hay nada que ver", y no lo hay justamente porque, a través de las nuevas tecnologías, la imagen es cada vez más asemejable a la realidad incluso podría decirse que la supera (de ahí su carácter de hiper realidad). Sólo basta contemplar los nuevos videojuegos o las nuevas tecnologías aplicadas al cine en tercera dimensión para corroborar esta tesis. Para Baudrillard dichas imágenes se convierten en obscenas, y con obscenidad Baudrillard busca denunciar una especie de desilusión ante la imagen; ésta es tan transparente que hemos perdido nuestra capacidad para interpretarla de forma iconográfica. 
Considero que la postura de nuestro autor francés minimiza la complejidad simbólica de muchas imágenes actuales y en defensa a la capacidad del ser humano de interpretación, debemos de aprender en esta realidad mediática, en donde somos bombardeados constantemente a través de imágenes sugerentes, dirigidas y con una construcción semiótica tal, que terminan por ofrecernos una verdad que ha sido simplemente construída por los medios; aprender a "leer" las imágenes, pero también a aprender a construir nuestros propios mensajes visuales para comunicar a la sociedad. A partir de esta comprensión de la realidad, el Profesor Jesús Cantera y la que suscribe, Profesora Yelenia Cuervo hemos decidido invitarlos a generar una exposición fotográfica en el marco de la temática: ética y profesión, donde cada uno de ustedes se enfrentarán a la oportunidad de generar una realidad fotográfica para la transmisión de un mensaje de corte ético dentro de su propia profesión.
¡En horabuena!

domingo, 11 de abril de 2010

El HUMANISMO BAJO LOS OJOS DE PETER SLOTERDIJK

EL HUMANISMO BAJO LOS OJOS DE PETER SLOTERDIJK
Por Adolfo Vásquez Rocca.

El origen del humanismo se debe en último término a la disposición de los romanos a leer los escritos de los maestros griegos como si fueran cartas dirigidas a sus amigos en Italia. Se podría entonces retrotraer el fantasma comunitario que subyace de todo humanismo al modelo de una sociedad literaria, de esta forma, el mundo humanizado nacen de la secta de alfabetizados, que como muchas otras sectas dan a luz un proyecto expansionista y universalista, organizado a través de lecturas asociadas en cada caso aun espacio nacional. ¿ que son las naciones modernas sino poderosas ficciones de públicos letrados, convertidos a partir de los mismos escritos en armónicas alianzas de amistad?
Estos humanismos nacionales de lectura gozosa tuvieron verdaderamente su apogeo entre 1789 y 1945; en su centro residía consciente de su poder y autosatisfecha la casta de antiguos y nuevos filólogos, que se sabían responsables de la misión de iniciar a los recién llegados en el circulo de destinatarios de cartas decisivas y voluminosas.
Si esta época parece hoy irremisiblemente declinada, se debe a que la época del humanismo nacional-burgués llego a su fin porque el arte de inscribir cartas de amor a una nación de amigos, aun cuando adquirió un carácter profesional, no fue ya suficiente para anudar el vinculo telecomunicativo entre los habitantes de la moderna sociedad de masas. Por el establecimiento mediático de la cultura de masas en el primer mundo en 1918 con la radio, y tras 1945 con la televisión y aun más por medio de las revoluciones de redes actuales, las coexistencias de las personas en las sociedades contemporáneas se ha vuelto establecer sobre nuevas bases.
Los nuevos medios de la telecomunicación político cultural, que tomaron la delantera en el intervalo, son los que acorralaron al esquema de la amistad escrituraria y lo llevaron a sus modestas dimensiones actuales, lo que nos ha llevado a la pregunta sobre el futuro del humanismo y sus medios.
El humanismo como una palabra y cosa tiene siempre un opuesto, pues es un compromiso en pos del rescate de los seres humanos de la barbarie , por ello la pregunta se orienta en el fondo a saber si quedan esperanzas de dominar las tendencias actuales que apuntan a la caída en el salvajismo del hombre. Y aquí hay que tener encuenta que, hoy como siempre, el salvajismo suele aparecer precisamente en los momentos de mayor despliegue de poder, ya sea bajo las metodologías de guerra imperial, o como bestialización cotidiana de los seres humanos en los medios de entretenimiento desinhibitorio. De ambos tipos suministraron los romanos modelos que perdurarían en la Europa posterior: del uno con su omnipresente militarismo, del otro por medio de su premonitoria industria del entretenimiento basada en el juego sangriento.
El fenómeno humanista gana atención hoy sobre todo por que recuerda que en la alta cultura, los seres humanos son cautivados constantemente y al mismo tiempo, por dos fuerzas formativas, que llamaremos influjos inhibitorio y desinhibitorio. La etiqueta humanismo recuerda –con falsa inocencia- la perpetua batalla en torno al hombre, que se ratifica como una lucha entre las tendencias bestializantes y las domesticadoras. De allí se puede deducir que, los romanos educados llamaban “humanitas “al combate o mejor la abstinencia de la cultura de masas en los teatros de ferocidad.
Estas indicaciones dejan en claro que con la pregunta –por el humanismo- se alude a algo más que a la conjetura idealizada de que el acto de leer educa. De esta forma, de ahora en adelante la pregunta será reformulada de forma ineludible como una pregunta por los medios, entendiendo por estos a los medios comulgales y comunicativos.
En Otoño de 1946, el filosofo Martín Heidegger escribe su célebre artículo sobre el humanismo (Über den Humanismo) donde se pregunta por las condiciones del humanismo europeo e inaugura un espacio de pensamiento post-humanista, que se aleja de la tradición metafísica del pensamiento europeo. Debido a ello, la pregunta por la esencia del hombre no llega por vía correcta hasta que no se tome distancia de dicha tradición: definir al hombre como animal rationale. Según esta interpretación, el hombre termina siendo una mera adición de capacidades espirituales. Contra esto se rebela el análisis existenciario-ontológico de Heidegger: para él la esencia del hombre no puede ser enunciada desde una perspectiva biológica o zoológica y como ángel iracundo se introduce entre el animal y el hombre con su espada atravesada para cortar toda comunidad ontológica entre ambos. En el centro de este pathos antivitalista opera el entendimiento de que el hombre se diferencia del animal en términos ontológicos por lo que no puede bajo ninguna circunstancia ser concebido como un animal dotado de un suplemento cultural o metafísico: el honbre tiene mundo y está en el, mientras que plantas y animales solo están tendidos en sus respectivos medios circundantes.
Para establecer realmente la dignidad humana, Heidegger habla del cometido del hombre, que es su esencia y de la esencia humana, de la que surge su cometido: guardar el ser y su cometido. Establecido bajo la metáfora del pastor y subrayando que la casa del ser es el lenguaje. Este custodiar no representa una labor de vigilancia libremente elegida en el propio interés, sino que el hombre es colocado aquí como un custodio del ser mismo. El lugar donde rige este colocar es el claro, el sitio en que el ser acontece como aquello que allí es.
Definir al hombre como pastor y vecino del ser y designar al lenguaje como la casa del ser, fija al hombre en una correspondencia respecto del ser que le impone un comportamiento radical, lo confina - a él, al pastor- en las cercanías o el perímetro de la casa; lo expone a un conocimiento que reclama más quietud, oídos y pertenencia que lo que la más amplia educación pudo nunca.
El ser envía entonces las cartas decisivas, hace guiños en rigor a amigos serenos, a vecinos receptivos a pastores recogidos y quietos, y hasta donde se puede ver, a partir de estos círculos de co-pastores y amigos del ser no se constituyen amigos naciones, ni escuelas alternativas.

De esta forma, al oponerse al humanismo que contribuye a la historia del rearme de la subjetividad. Heidegger presenta, en efecto al mundo histórico europeo como el teatro del humanismo militante, como el campo sobre el que la subjetividad humana realiza la toma del poder sobre los entes con las fatales consecuencias lógicas de este acto. Bajo esta luz, el humanismo se ofrece como cómplice natural de todo horror posible que haya podido ser perpetrado en nombre del provecho humano.
Frente a estas enormes condenas e inversiones ronda de nuevo la pregunta por el fundamento de la domesticación y la educación humana. ¿Qué puede domesticar aún hoy al hombre, si el humanismo naufraga en tanto que escuela domesticadora humana? ¡que puede aún domesticar al hombre, si hasta el día de hoy sus esfuerzos de automoderación lo han llevado en gran medida precisamente a su toma de poder sobre todo ente?
A continuación nos desviaremos de las indicaciones de Heidegger sobre la detención en figuras finales del pensamiento contemplativo, mientras hacemos el intento de caracterizar históricamente el claro ek-stático en que el hombre es solicitado por el Ser. Se verá que el estar o permanecer –dentro del hombre en el claro del ser- no es de ningún modo una relación ontológica originaria, que no fuera susceptible de una indagación anterior. Hay una historia sutilmente ignorada por Heidegger. La historia real del claro -de la que debe salir una reflexión abismal sobre el hombre que vaya más allá del humanismo- se compone de dos grandes relatos, que convergen en una perspectiva más amplia, la de la exposición de cómo surgió el hombre sapiens del animal sapiens. El primero da cuenta de la aventura de la hominización, la revolución antropogénica.

Ingeniería y Globalización

Un texto adecuado sobre la creatividad y la ingeniería hoy, sin duda un texto para comprender el paradigma que se nos presenta en el mundo actual y sus consecuencias en la aldea global.

http://www.coit.es/publicaciones/bit/bit151/08-10.pdf

Actividad Comentar el texto.

Efectos sociales hoy

— Ingeniería y Tecnología,

— Efectos sociales hoy.

— Introducción.

— En la tecnología no podemos dejar de lado las cuestiones entre la actividad tecnológica y las cuestiones valorativas. Por ello es necesario hacer uso de un modelo de la tecnología que nos permita reunir los aspecto materiales del hacer tecnológico, los conocimientos sistemáticos relacionados con la ciencia, entre otros; las actividades de organización y gestión misma de esa tecnología y la esfera de los valores de la sociedad en donde esa tecnología hace parte.

— Tecnología Practica.

— La tecnología desde la óptica de Arnold Pacey, es vista como una práctica tecnológica. Pacey dice que la practica tecnológica: “...viene a ser la aplicación del conocimiento científico u organizado a las tareas prácticas por medio de sistemas ordenados que incluyen a las personas, las organizaciones, los organismos vivientes y las máquinas”.
— El concepto de práctica tecnológica esta relacionado por analogía con el de práctica médica, el cual deja ver con mayor nivel de implicación los aspectos organizativos y no solo la dimensión estrictamente técnica.

— Características de la Tecnología Práctica.

— La práctica tecnológica contiene tres características:

— 1. El aspecto organizacional, que relaciona las facetas de la administración y la política públicas, con las actividades de ingenieros, diseñadores, administradores, técnicos y trabajadores de la producción, usuarios y consumidores;

— 2. El aspecto técnico, que involucra las máquinas, técnicas y conocimientos, con la actividad esencial de hacer funcionar las cosas;

— 3. El aspecto cultural o ideológico, que se refiere a los valores, las ideas, y la actividad creadora. La práctica tecnológica encierra la integración de estos tres elementos en un sistema.

— La tecnología desde este punto de vista se vislumbra como un sistema o un sociosistema, el cual permite intercambios y comunicaciones permanentes de los diversos aspectos de la operación técnica (instrumentos, máquinas, métodos, instituciones, mercados, etc.), administrativa y cultural.

— Los sistemas tecnológicos en la sociedad.

— Para comprender la relación entre tecnología-ingeniería y sociedad es necesario partir de los sistemas tecnológicos. Thomas Hughes a partir de sus estudios alrededor de los sistemas eléctricos demuestra que los sistemas tecnológicos contienen complejos y desordenados componentes que interactúan en la solución de los problemas. Dichos componentes son artefactos físicos, organizaciones, los cuales son descritos como científicos, además de artefactos legislativos y los recursos naturales.
— Por ende las personas, inventores, científicos, industriales, ingenieros, gerentes, financieros y trabajadores; son componentes del sistema, pero no deben ser considerados como artefactos del mismo ya que tienen grados de libertad que no contienen los artefactos.

— El momentum.

— Hughes utiliza el concepto de Momentum tecnológico para hablar de la relación entre tecnología y sociedad partiendo de la propensión de las tecnologías por desarrollar trayectorias previamente definidas en un determinado momento de su desarrollo.
— Hughes señala que cuando el sistema es joven, el entorno es el que configura el sistema. Pero en la medida en que el sistema se hace más grande y complejo, cobra un impulso o momentum por lo que el sistema es cada vez menos configurado por su entorno, de esta manera el sistema se convierte en el elemento que más configura la sociedad. En otras palabras, el sistema configura la sociedad y es configurado por ella.
— El concepto de momentum o impulso tecnológico constituye un modo de interpretación aún más flexible y acorde con la historia de los grandes sistemas tecnológicos. Permite considerar que la configuración es más fácil antes de que el sistema haya adquirido componentes políticos, económicos y de valores. Hughes no sostiene que los sistemas se vuelvan autónomos, sino que más bien alcanzan momentum, es decir, su desarrollo continúa gobernado por la inercia de su propio movimiento.
— Hughes destaca que los ingenieros son en gran medida los constructores de los sistemas tecnológicos, ya que son capaces de coordinar actividades de innovación, resolver problemas organizativos, encontrar recursos de financiación o responder a los cuestionamientos políticos.
— Hughes dice que el caso de Thomas Edison es paradigmático, más que un inventor, es el constructor del sistema eléctrico de potencia, en donde combina conocimientos, capacidad organizativa y resolución de problemas, consiguiendo reunir los intereses financieros, políticos y sociales necesarios para el desarrollo del sistema.

— El paradigma tecnoeconómico.

— El concepto de sistema tecnológico podemos ampliarlo en una dimensión histórica, para referirnos a grandes momentos de desarrollo tecnológico y sus efectos en la sociedad, en este sentido es útil el concepto de paradigma tecnoeconómico.
— Los sistemas tecnológicos con sus procesos de innovación están en la base de los cambios tecnológicos y por consiguiente de los cambios en el conjunto de la economía y la sociedad. Estos cambios o “revoluciones tecnológicas” no sólo hacen aparecer nuevos productos, servicios, sistemas e industrias, sino que afectan directa o indirectamente a todas las ramas de la economía.
— El paradigma tecnoeconómico, destaca no sólo por que influye en las trayectorias tecnológicas de determinados productos y procesos, sino que modifican las estructuras de costos, las condiciones de producción y distribución de todo el sistema económico.
— Un paradigma tecnoeconómico es concebido como un tipo ideal de organización productiva, que define el contorno de combinaciones más eficientes y de menor costo durante un período dado y sirve, en consecuencia, como norma implícita orientadora de las decisiones de inversión y de innovación tecnológica. Con un nuevo paradigma nace una manera óptima tecnológica y organizativa de hacer las cosas.
— Las innovaciones transformaron la industria inglesa y originaron un nuevo modo de producción: la fábrica; entendida como unidad de producción unificada, con trabajadores sujetos a supervisión, que usa una fuente central y típicamente inanimada de energía. La ingeniería estaría en todo este proceso, tanto en los aspectos de invención, como de emprendimiento y gestión de estos cambios tecnológicos.

— Los efectos de la ingeniería en la sociedad.

— A partir de la construcción de los sistemas tecnológicos que conforman paradigmas tecnoeconómicos, se define el ámbito de las posibilidades del hacer tecnológico en la producción de bienes y servicios, y en general del grupo de ramas inductoras del crecimiento de la economía, la organización empresarial y los patrones de competencia y cooperación en las diversas sociedades.

— La sociedad de conocimiento.

— Con la llegada de las nuevas tecnologías, la sensación de mutación y cambio tecnológico se ha hecho más palpable y con ello la importancia de la ingeniería en las decisiones de la sociedad.
— Las nuevas tecnologías están en la base de una economía global o “economía informacional”, caracterizada porque la productividad y la competitividad se basan de forma creciente en la generación de nuevos conocimientos y en el acceso a la información adecuada, bajo nuevas formas organizativas que atienden una demanda mundial cambiante y unos valores culturales versátiles.
— Hoy se asiste a un único sistema de sociedad propiciado por la tecnociencia. La tecnociencia es un concepto que no hace grandes distinciones entre la ciencia y la tecnología, pues su espacio de contextualización está definido por la Investigación y el Desarrollo (I+D) de las empresas y agencias tecnocientíficas; a diferencia de la ciencia y la tecnología, que eran promovidas ante todo por comunidades de científicos e ingenieros. Las nuevas tecnologías de información y comunicación conforman un sistema tecnocientífico, entre otros, el cual está posibilitando el nuevo paradigma tecnoeconómico y con ello la emergencia y el desarrollo de una nueva modalidad de sociedad, la sociedad del conocimiento.
— La sociedad del conocimiento es una sociedad de tercer entorno, posibilitada por una serie de tecnologías, entre las cuales mencionaremos siete: el teléfono, la radio, la televisión, el dinero electrónico, las redes telemáticas, los multimedia y el hipertexto. La construcción y el funcionamiento de cada uno de esos artefactos presuponen numerosos conocimientos científicos y tecnológicos (electricidad, electrónica, informática, transistorización, digitalización, óptica, compresión, criptología, etc.), motivo por el cual conviene subrayar que la construcción de este tipo de sociedad, sólo ha comenzado a ser posible para los seres humanos tras numerosos avances científicos y técnicos. Esta sociedad es uno de los resultados de los sistemas tecnocientífcos y por ello ha emergido con más fuerza en aquellos países que han logrado un mayor avance tecnocientífico.

— Conclusión .

— Tanto la propuesta de Pacey como modelo de entender la tecnología como sistema y la de Hughes para articular el sistema con la sociedad, nos deja ver que el ingeniero y por consiguiente la ingeniería, no se circunscribe a una relación con la tecnología en sentido restringido, sino que el ingeniero actúa en un campo social en muchas direcciones. Es a partir de los sistemas tecnológicos como unidad de análisis que entendemos los efectos de la ingeniería sobre la sociedad, en donde la tecnología configura la sociedad y la sociedad configura la tecnología.
— Estamos ante una transformación de mayor entidad basada en un nuevo espacio de interacción entre los seres humanos, en el que surgen nuevas formas sociales y se modifican muchas de las formas anteriores. Se está modificando profundamente la vida social, tanto en los ámbitos públicos como en los privados, el sistema tecnocientífico incide sobre la producción, el trabajo, el comercio, el dinero, la escritura, la identidad personal, la noción de territorio, memoria y también sobre la política, la ciencia, la información y las comunicaciones y la educación.

viernes, 9 de abril de 2010

Metrópolis

Metrópolis de Fritz Lang


                                                                                                                    * Por Yelenia Cuervo Moreno

“He hecho todas mis películas como sonámbulo. He hecho todo lo que creía correcto, nunca he preguntado a nadie si lo que hacía estaba bien o mal.”

                                                                                                                                      Fritz Lang

En la memoria de la tradición cinematográfica, la obra del expresionista Fritz Lang continúa como objeto de culto. Lang dirigió su primer filme titulado Halbblut en 1919. Posteriormente en el año de 1922 El Doctor Mabuse, Metrópolis en 1926, M el vampiro de Dusseldorf en 1931, El testamento del Dr Mabuse en 1932, Furia en 1936, sólo se vive una vez en 1937, La venganza de Frank James en 1940, Los verdugos también mueren en 1943, La mujer del cuadro en 1944, Perversidad en 1945, Clandestino y caballero en 1946, Secreto tras la puerta en 1948, Guerrilleros en Filipinas 1950, Encuentro por la noche en 1952, Encubridora en el mismo año, Los sobornados en 1953, Deseos humanos en 1954, Los contrabandistas de Moonfleet en 1955, Mientras Nueva York duerme 1956, El tigre de Esnapur en 1959 y La tumba india del mismo tiempo.

Fritz Lang nace en Viena en el año de 1890 y muere en Hollywood en 1976. En su juventud realizó estudios de arquitectura para complacer a su padre, posteriormente regresó a Austria y se enroló en el ejército donde fue herido. El azar frente a este hecho lo llevó a conocer en el hospital militar a Joe May, director de cine al que le mostró algunos de sus dibujos y sus narraciones y quien no dudó en contratarlo como guionista. De esta forma Lang escribió para May su primer largometraje bajo la dirección del último, pero Lang no estuvo contento con los resultados, así que a partir de ese momento decidió dirigir sus propias películas. Unos años más tarde conoce al productor Erich Pommer, uno de los más importantes en aquel tiempo.

El estilo de su filmografía obedece a distintos géneros como el western, el cine de espías, aventura, cine bélico, melodrama y cine negro, situación que lo convierte en un director ecléctico, donde a lo largo de su obra puede observarse la primacía por el contenido social en algunas de sus películas.

Al terminar la película de El testamento del Dr. Mabuse recibió la propuesta de hacerse cargo de la dirección de los Estudios Alemanes UFA, pero la formación ideológica de Lang se oponía al nazismo, así que en 1933 huyó de Alemania y buscó un país donde refugiarse: Francia. Su esposa, que le había ayudado a la elaboración de los guiones durante mucho tiempo, decidió unirse al partido Nazi, motivo por el cual tuvo que abandonarla. Dos años después, sin éxito artístico en las tierras francesas, decide mudarse a Estados Unidos. En este país también encuentra cierta censura que lo hace acoplarse a la demanda de los productores. En 1959 acude a la India para rodar El tigre de Esnapur y La tumba india, un poco después regresa a los Estados Unidos para morir en el año de 1976.

Clásico del cine mudo alemán, Metrópolis denuncia la eterna división de clases en una sociedad del futuro. Primer filme incluido en el Registro de la Memoria del Mundo, seleccionada por la UNESCO como una obra maestra en reconocimiento a sus valores artísticos y humanos. Realizada en el año de 1926 y protagonizada por Alfred Abel (John Fredersen), Gustav Fröhlich (Freder), Rudolf Klein-Rogge (Rotwang) y Brigitte Helm (María), Metrópolis fue rodada en 18 meses con un gran presupuesto (se llegaron utilizar hasta 35,000 individuos para el filme) y una enorme campaña publicitaria. El guión lo elaboró Lang junto con su esposa Thea Von Harbov, quien había realizado ya una novela de donde surge el mismo guión.

La versión original tenía una duración de 205 minutos hasta quedar reducida a la versión restaurada por Friedrich Wilhelm Murnau en 92 minutos. No obstante, fue exhibida con distintos montajes, bandas sonoras y duraciones de la película. Se estrenó el 10 de enero de 1927 y dos meses más tarde en Nueva York en una versión reducida.

Lang continuó con películas sonoras después de haber realizado varias mudas, sin embargo, siempre se consideró alguien con poca formación sonora y ligado a la estética de lo visual, pues para él existió una dificultada para adaptarse al cine sonoro. No obstante, muchos de los cronistas han señalado las innovaciones respecto al sonido en su filmografía y algunos consideran que pecó de modestia al señalar su carencia de sentido musical y sonoro.

Metrópolis es una extraordinaria película que nos sitúa en los terrenos de la ciencia ficción. En un futuro lejano, una ciudad hecha a semejanza de los grandes rascacielos neoyorkinos de la actualidad, pero con una infraestructura interna maquinal, -que en determinadas ocasiones resulta apabullante- es habitada por distintas clases sociales. En las alturas viven los dirigentes, la clase “pensante” que domina y esclaviza a la clase trabajadora: los obreros, ubicados en el subsuelo donde se halla el corazón industrial que mantiene en armonía a la megalópolis. Entre ambas clases se encuentra la casa de un sujeto que bien podría asemejarse al Doctor Caligari de Wiene, se tata del inventor, una especie de “científico loco” perturbado por la creación científica, quien hará todo lo posible por materializar sus invenciones en los deseos más impuros del dirigente de Metrópolis.

Desde el inicio de la narración podemos observar la jerarquización social entre ambas esferas. Los habitantes de las “alturas” viven en la opulencia, aprecian y contemplan la estética de los alrededores: fuentes y jardines donde juegan los muchachos, se dedican al ocio y a la dirección de la ciudad. Los habitantes de “abajo”, en cambio, viven en deplorables condiciones, dedican la mayor parte de su tiempo a las labores de la industria, sus jornadas sobrepasan las diez horas de trabajo, su apariencia, incluso, denota fastidio, cansancio, una monotonía frente al trabajo que los ha vaciado de expectativas. Todos ellos representan a la masa explotada que ha dejado de diferenciarse uno a otro. Vestidos de negro, todos resultan iguales, en cambio, contemplamos la vestimenta del dirigente: saco y corbata, misma que los ayudantes más fieles presentan y a un hijo que resulta rebosante, rubio y con un atuendo blanco que a diferencia de los obreros lo hace brillar.

La arquitectura visual de la escenografía no deja de asombrarnos en su magnanimidad y en su contenido simbólico, y nos recuerda que Lang poseía conocimientos de arquitectura que bien pudo trasladar a la estética de lo visual. Aunque nuestro director es considerado como un representante capital de expresionismo, en esta película se puede dejar de lado los antiguos decorados amorfos que retrataba Wiene en El gabinete del Doctor caligari, para a cambio otorgarnos grandes escenarios arquitectónicos como lo es la ciudad misma, hasta una catedral gótica, la casa de Rotwang (el inventor) asociada más a un laboratorio de un alquimista recubierto por un exterior parco de tipo medieval. Así mismo, los jardines como lugar por excelencia de lo idílico y contemplación, y una zona cavernosa: lugar prohibido y del olvido (donde se encontraban antiguamente las catapultas) y que los obreros llegan a utilizar como lugar de reunión para oír a una lideresa que proclama la paz.

El argumento de la película podría asemejarse a la temática de Tiempos modernos de Charles Chaplin, pero en esta ocasión la estilística para contar a través de imágenes, se presenta desde mi juicio, de forma mayormente feroz. Las imágenes de la masa trabajadora en conjunción con una atmósfera sombría y decadente, exaltan al espectador desde las primeras tomas; la crítica al sistema capitalista es aplastante. El movimiento de las máquinas a grandes velocidades produce vértigo.

John Fredersen es el dirigente de Metrópolis. Desde la comodidad de su oficina monitorea televisivamente a sus subordinados y organiza las labores de la megalópolis. En cierta ocasión, una mujer con una decena de niños arriba a la zona de los dirigentes para presentarlos con Freder (hijo de Fredersen). Éste último despierta la curiosidad por conocer la forma de vida y lo que acontece en las zonas subterráneas de la ciudad y decide descender al lugar, que hasta ese entonces, le era ajeno. Entre las grandes máquinas y miles de hombres presencia un accidente en donde mueren varios obreros. Asustado acude con su padre para exhortarlo a una toma de sensibilidad frente a lo acontecido, pero el padre se manifiesta indiferente. Leemos un diálogo entre Freder y su padre que es el detonante para el desarrollo posterior a la trama: -“¿Pero cómo encajan las manos en tu sistema? ¿Qué harás si algún día se revelan?” En efecto, todo el desarrollo ulterior de la trama dará cuenta de la revelación de los obreros al sistema, pero no por una toma de conciencia social, como estipulaba Marx en la revuelta del proletariado, sino de forma inversa, esto es, por un nuevo sometimiento dentro del mismo sistema ingeniado por Fredersen.

Freder se hace pasar por un obrero para vivir en carne propia lo que padecen “sus hermanos del subsuelo” y descubre la brutal explotación que se padece ante el trabajo realizado. Invitado por sus compañeros a unas clandestinas juntas que llevan a cabo en las cavernas, conoce a María, una joven que acerca a los obreros un discurso de paz idílico y utópico, donde se remite al sueño de la proximidad entre lo que hoy podríamos nombrar como la clase patronal y la obrera. María Narra una historia sobre la construcción de la torre de Babel: sueño milenario por construir una gran torre armónica donde pudiesen convivir miles de hombres. Sin embargo, advierte, aquellos hombres que ingeniaron en sus mentes el proyecto requirieron de millares de hombres para su construcción que fueron dejando en el olvido. Con esta alegoría, María deja ver la necesidad de hacer un pacto entre la clase dominante y los trabajadores; entre el cerebro y las manos, cuyo mediador fehaciente tendrá que ser el corazón.

Metáfora que alude a las teorías superimperialistas enunciadas por Hilferding antes de 1914 y que buscaban la reconciliación de las clases antagónicas; la novela de Thea Von Harbov ya hacía explícita esta intención.

Posterior a la escena de la lideresa María, Freder queda cautivado por su belleza interior y se enamora, pensando que él podrá ser la parte del engranaje que falta, jugando con los términos: “las tuercas del miocardio”. No obstante, Fredersen es advertido de estas reuniones clandestinas tras haber descubierto unos planos de las cavernas en las ropas de los obreros que murieron en el accidente, así que guiado por Rotwang presencia el discurso de María.

Rotwang presenta su último invento a Fredersen, se trata de un androide que en palabras del propio inventor será capaz de sustituir la mano de obra y emular de la forma más perfecta al ser humano, por lo que a la larga se podrá prescindir de éste último. Fredersen le pide al inventor que haga al robot a imagen y semejanza de María, y que a ésta la esconda para mandar a la nueva María a sembrar discordia entre los obreros.

La autómata llamada en la novela de Von Harbou como Parodia o Futura, representa en Metrópolis una dualidad, ya que por un lado, se presenta como una fiel servidora a las órdenes de los gobernantes, y por otro, como una especie de maniquí con extraños movimientos sensuales propios de una prostituta enloquecida. Ésta última descripción conforma una escena de la última secuencia en donde María ha incitado a los obreros a la rebelión, quienes destruyen la maquina principal y la ciudad comienza a inundarse. El capataz convence a los obreros de atrapar a María-robot y en una persecución propia de una cacería de brujas, la amarran a un mástil e inician el fuego, la sorpresa arriba cuando se percatan de que es una autómata.

La última escena viene a cerrar el discurso sobre la reconciliación entre las clases bajas y las dominantes, ya que María reconoce a Freder como el mediador entre su padre y la unión con los obreros. Un final que reafirma la utopía después de la destrucción.

Metropolis nos ofrece una visión del mundo sobre la explotación y la dominación del hombre por el hombre, donde cada sujeto corresponde a un engranaje del funcionamiento del sistema y en donde el control y el poder juegan un papel determinante en la esclavitud y el sometimiento hacia los otros. En última instancia, triunfa el amor entre los seres humanos y la reconciliación utópica guiada no sólo por el entendimiento sino por los sentimientos. El corazón logra reunir a las clases adversas, posterior a la destrucción de la Gran Ciudad.



Cibergrafía:

http://www.miradas.net/2006/n48/estudio/articulo5.html. (2009)

http://www.miradas.net/2006/n48/estudio/articulo3.html. (2009)

http://www.miradas.net/2006/n48/estudio/articulo5.html. (2009)

http://wwww.fandecomix.com/index.php?option=com_contenttask=viewid=272ite

martes, 6 de abril de 2010

Un mundo sin liderazgo II

Las élites políticas, económicas y sociales también se encuentran en una profunda descomposición, ya que están dedicadas a engordar su vanidad, en disfrutar su condición de superiores y a permanecer en la comodidad, en el status quo, pero al igual que el resto de la población se encuentran enajenados y alienados, evitando que puedan convertirse en verdaderos directores de sus pueblos y por lo tanto están inutilizados para hacer aportaciones que trasciendan a los tiempos, es decir somos gobernados por enanos mentales, cortos de mira, lentos de ideas; con una ambición desmedida por el disfrute que puede darles el dinero y el poder.
En los tiempos actuales vivimos lo que mal han llamado la era de la información y digo mal porque es precisamente ahora cuando menos sabemos que es lo que realmente pasa en el mundo, los medios de comunicación pretenden a través de su lectores de noticias (léase comentaristas de radio o televisión, locutores "reporteros" y demás participes de la mass media informativa), quieren decirnos cual es la verdad y que es lo que debemos creer, solo sabemos lo que nos filtran los intereses de las grandes cadenas informativas, que a través de una avalancha de datos, imágenes, repeticiones, frases cortas y contundentes, saturan la mente humana llevándola a un estado de inconsciencia perfecta, instalando al pensamiento en la comodidad mediocre de la placidez intelectual.
Los artistas, cantantes y demás faranduleros también se pretenden erigir como los nuevos líderes y este fenómeno es aún mas trágico ya que ahora lo superfluo y banal dicta hacia donde debemos de dirigirnos, ciegos que guían a otros ciegos, sin lugar a dudas el precipicio esta próximo.
Falta por señalar a las "estrellas" del deporte especialmente las del fútbol soccer que, se vuelven ídolos de las poblaciones pauperizadas que ven en estos nuevos dioses con pies de arcilla, una imagen de éxito que nunca tendrán ellos. Es por demás hablar de la mediocridad del fútbol en México, pero si es relevante señalar que si los nuevos aspirantes a líderes de las masas son las "estrellas" del deporte y de la televisión que, por cierto reciben pagos exorbitantes con relación a lo que gana una persona que se dedique a otra actividad, deberían entonces de tener mas compromiso y calidad por lo menos es los ámbitos que se desenvuelven, pero no es así, nuevamente la tendencia hacia lo fácil, falto de ingenio, a los hechos grotescos y patéticos vuelven a manifestarse, a fin de cuentas ellos solo son un reflejo de lo que la generalidad es.

domingo, 4 de abril de 2010

Ingeniería su método y su vinculo social

La tecnología tiene una vinculación con la ciencia, ya que como sabemos la tecnología es ciencia aplicada. La tecnología se encentra marcada por el cientificismo, no obstante descuida el elemento material al que con frecuencia se hace referencia al hablar de la tecnología; también hace énfasis en que la clave del desarrollo tecnológico se da a partir dela actividad científica. Aquí se da por echo que en el curso de la ciencia, la misma hace posible la mejora de nuestras condiciones materiales de vida, ya que sólo asé se alcanza un bienestar pues en la medida en que hay mas ciencia hay más tecnoligia, por lo que también habría mas riqueza y por lo tanto un aumento en el bienestar.

De esta manera es posible afirmar que gracias a la tecnología se transmite conocimiento científico el cal conlleva a una mejora social sí y sólo sí la ciencia tenga un carácter autónomo en su desarrollo. El principio de autonomía científico-tecnológica haría dependiente todo cambio social.
La tecnología es un factor de cambio que en numerosas ocasiones ha modificado también los conceptos científicos, cuando no utiliza los propios de la ingeniería. La tecnología es capaz de realizar aportaciones conceptuales a problemas de los que la ciencia no se ocupa, empero la tecnología nos hace énfasis en que el conocimiento guarda cierta especificidad respecto de la ciencia. Mario Bunge considera que el conocimiento tecnológico comprende una especificidad que la distingue de la ciencia, pues la tecnología involucra habilidades técnicas, máximas técnicas, leyes descriptivas, reglas y por ende teorías tecnológicas.

La tecnología guarda una estrecha relación con la ciencia, no obstante hemos de entender a ambas como dos subculturas simétricamente interdependientes, es por ello que la ingeniería es el punto de encentro entre ciencia y tecnología, ya que teoría y praxis.

La ingeniería en este sentido es capaz de aplicar un método científico mismo que se centra en el diseño tecnológico. Incluso podemos decir que el método de la ingeniería se basa en el diseño tecnológico aunque también hay que señalar como lo dice Vaughn que el método de la ingeniería consiste en la estrategia capaz de casar el mejor cambio posible en na situación incierta o pobremente estudiada.

La estrategia de a la que refiere Vaughn es una estrategia heurística, es decir, que hace uso de cualquier cosa que provea una ayuda o dirección confiable en la solución de un problema, dicha ayuda se usa para guiar, descubrir y divulgar. La ingeniería en lugar de buscar una respuesta a un problema, como lo hace el científico, hace uso de los heurismos, ya que los mismos se construyen bajo la noción pragmática del tiempo-trabajo y en todos los casos teniendo en cuenta los contextos de aplicación.

El método propuesto implica algo más, lo que se busca es el mejor cambio posible en una situación incierta o pobremente estudiada, y este “mejor”, en tanto valoración nos lleva a la esfera de la comprensión social para que sea congruente con los valores de una sociedad. Al igual que la concepción artefactual de la tecnología, se puede llegar a considerar que la tecnología es autónoma e inevitable y por lo tanto es el determinismo tecnológico el que explica dicha relación.