martes, 27 de julio de 2010

Sociedad capitalista y vida sin sentido

El orden mundial actual, donde el capital y el mercado son los únicos amos y señores de todo cuanto tienen vida en este planeta (y también de lo que no) presenta para algunos un mundo de privilegios y bonanzas, personas que lo tienen todo y algo mas, sus vidas estan consagradas a deleitarse en el lujo y el privilegio y en algunas ocasiones a mandar y coordinar a las multitudes enajenadas y alienadas que en el mejor de los casos tienen aspiraciones a una "calidad de vida" por encima de la media poblacional. ¿pero entonces, cual es el sentido de la vida? ¿acaso todos o casi todos estamos condenados a vidas perdidas y mediocres? ¿somos simplemente condenados por nuestro nacimiento y circunstancia?
De entrada y parafraseando a Unamuno, parece que en el fondo hay un sentido trágico de la vida, es decir a fin de cuentas todos vivimos como podemos, insatisfechos, llenos de penas y dificultades y al darnos cuenta no queda otra cosa mas que aceptarlo y esperar que la vida se nos vaya de las manos y quizas, ser recordados al final de nuestros dias por nuestra descendencia en el mejor de los casos
De esta manera podríamos de cir que estamos condenados por nuestra base económica, o por lo menos el marxismo ortodoxo, asi lo plantea y la realidad concreta puede casi constatarlo. Pero afirmar tajantamente lo anterior es dar una explicción causal limitada y pobre a un problema tan complejo como lo es, el mundo de hoy.
Si Occidente (Europa) cayo en decadencia como lo señalaron Spengler y Ortega y Gasset, no fue por causa de su pobreza económica, quizas fue el exceso de su riqueza lo que casi colapsa al sistema capitalista que ante sus crisis recurrentes y sobreproducción desmedida obliga a las potencias hegemonicas a lanzarse a guerras hemesfericas con el fin de atenuar sus contradicciones.
Me parece que Europa perdio el liderazgo por su autocomplacencia y Estados Unidos lo esta perdiendo por su falta de autoridad moral y nosotros los latinos munca lo hemos tenido por nuestros atrasos historicos materiales, pero también intelectuales.
De esta manera los ideales, valores y principios que daban brújula a la vida de una persona, se convierten en ideas confusas, sombras que oscurecen mas la mente de los ahora llamados ciudadanos globales que solo saben de moda, video juegos, sexo y viajes exóticos. El capitalismo ofrece a través del mercado a los nuevos dioses, el monoteísmo quedo enterrado y ahora los nuevos becerros de oro son las marcas de las empresas globales que nos dan poderes sobrenaturales y nosotros a su vez también se los otorgamos, asi nuestra vida no tiene sentido, somos pero no existimos.
Pasamos la vida buscando sensaciones que nos hagan "sentir vivos" porque ya estamos muertos, nos aburrimos con facilidad, porque ya nada nos sorprende, díria Hirsman que estamos en una cadena constante de decepciones que solo podemos aliviar un lapso muy breve, a través de todo lo que el mercado nos ofrece para comprar, pero despues la sensación de alienación, de estar en un sin sentido, de soledad profunda, vuelve irremediablemente a sentirse en nuestro cuerpo e intelecto.
Hasta aqui podríamos seguir diciendo que todo esta perdido, que usted y yo estamos condenados por no haber nacido dentro de la élite de los superacumuladores globales, y que lo mejor es tratar de pasarlo lo mejor posible mientras dure nuestra vida.
Las contradicciones del orden global se acentúan cada día mas, lo cual puede dar ventajas a intentos por generar condicones mas favorables para las grandes masas de desposeídos que hay en todo el mundo, la inetelectualidad de los países perifericos puede asumir un liderazgo eficaz, que permita insertar en la agenda mundial la gran desigualdad que hay y sus posibles soluciones, asi como contrarrestar las estrategia de las grandes transnacionales que solo dañan los cuerpos y psique de las poblaciones. Es posible cambiar las condiciones de este capitalista que tiene como intención gobernar todos los ambitos de la vida humana, con no otro fin que el de reproducir su propia existencia a costa del sacrificio de millones de seres humanos. Si hay esperanza.

miércoles, 19 de mayo de 2010

Trabajo y Profesión

TRABAJO Y PROFESIÓN

Concepto de profesión.

El trabajo representa para el hombre el medio por el cual se producen bienes y servicios para otros, Al mismo tiempo es para el trabajador la manera de tener acceso a ingresos económicos, y su principal fuente de autorrealización.

La concepción social que se tiene del trabajo está relacionada con la percepción que se tiene de su utilidad social y, al mismo tiempo, de la valoración que se da a las cualidades que se requieren para su realización y del esfuerzo y dedicación que se exige al que lo realiza.

La dicotomía entre lo espiritual y elevado y lo que es material, ha repercutido en el desprecio que se ha tenido hacia el trabajo manual; mientras que las actividades que exigen mayor esfuerzo intelectual son consideradas de “mayor prestigio social”, tal es el caso de las profesiones.

El surgimiento de las profesiones obedece de alguna manera a la necesidad de contar con conocimientos o saberes más especializados que permitan resolver problemas concretos; es decir, la naturaleza del trabajo que se exige o supone en una profesión tiene que ver con actividades de gran valor social, indispensables para la colectividad y que exigen amplios conocimientos, así como una forma específica de actuar.

Se entiende el concepto de profesión como el “empleo o trabajo que desempeña una persona y que requiere estudios teóricos”. Otra manera de definirlo es “el empleo, facultad u oficio que cada uno tiene y ejerce públicamente”.

De estas dos acepciones, una incluye cualquier tipo de trabajo que se ejerza en forma pública, mientas que la otra hace referencia a la necesidad de contar con un título universitario para ejercerlas. Así, el concepto de profesión denota en la actualidad el desarrollo de una actividad económico-social específica que demanda un conjunto de saberes teórico conceptuales, metodológicos y técnicos que han sido certificados o validados por una institución educativa, como es la universidad o institución que el Estado reconozca para este fin.

Hablar de profesión denota una actividad económico social específica; es decir, el que la ejerce o desempeña a través de sus actividades reconocidas socialmente, recibe una retribución económica que va de acuerdo con el status social que le confiere la comunidad.

El reconocimiento social a una profesión determinada varía de acuerdo con la sociedad de que se trate y del momento en que se considere; por ejemplo, el valor social que se asigna a la profesión de médico es diferente al que se le asigna a la profesión de traductor, quizá en función de que se percibe mayor beneficio colectivo de la primera que de la segunda.

Otro ejemplo es la valoración social que se da a las carreras profesionales más ligadas con el sector productivo, en particular en la industria de la transformación, como es el caso de los ingenieros químicos en comparación con las llamadas profesiones humanistas como la psicología. Aquí la valoración se hace desde el plano económico.

La valoración social, no es estática, sino que se va transformando en función de diferentes factores, como el grado de conocimiento que se tiene de la profesión en cuestión.

Otro factor que incide al valorar una profesión es la aparición de problemas “nuevos”, algunos producto del avance tecnológico. Cada sociedad valora el ejercicio de una profesión de diferentes maneras, de acuerdo con sus necesidades y a la época en que se desarrolle.

Características del trabajo profesional

Si se considera el trabajo profesional como una forma diferente de resolver los problemas o necesidades del hombre en los diferentes aspectos: salud, economía, bienestar, vivienda, etc., y que es el profesionista quien está capacitado para hacerlo porque ha sido formado para este fin, es necesario establecer la diferencia entre un trabajo profesional y uno que no lo es.Entre otras características que posee un a profesión, se puede reconocer que hay:

- Un nivel de competencia
- Búsqueda del bienestar común.

Competencia.

Se dice que es jurídicamente competente quien puede exhibir un título universitario requerido y refrendado por el Estado para una tutela del bien común.El campo de una profesión se encuentra delimitado por los problemas que debe resolver el profesionista de ese campo, para lo cual habrá sido capacitado por una institución que el Estado reconozca para tal fin.

Dicha institución debe haber proporcionado tanto la información teórico conceptual, como haber creado las condiciones necesarias para el desarrollo de las habilidades prácticas los valores éticos necesarios que permitan al egresado tener la capacidad de resolver los problemas específicos de su comunidad en dicho campo disciplinario.

Es decir, los estudiantes de una profesión esperan desarrollar la capacidad de resolver problemas particulares, para lo cual reciben una formación específica que los diferencia de otros profesionistas; esto es, los saberes teóricos, metodológicos y técnicos de cada una de las profesiones que existen, delimitan el campo del ejercicio profesional de cada una de ellas: el abogado no posee los mismos conocimientos teóricos, metodológicos y técnicos que el ingeniero, por lo que no hace las mismas cosas.

No sólo se reciben los saberes requeridos por el campo profesional, sino que esta formación científica va acompañada de una formación humanista para conferirle el grado de profesional.

Así, en relación con la competencia se puede decir que hace referencia a las aptitudes que debe desarrollar y poseer un profesionista para el ejercicio de las actividades propias de su campo. Cabe distinguir diferentes tipos de competencia: por un lado, las referentes al carácter intelectual de la profesión; por otro, las que se refieren al aspecto técnico de la misma, y por último las que se relacionan con el aspecto humanista de la profesión.

Competencia intelectual.

El ejercicio de una profesión demanda conocimientos científicos específicos de un campo del saber particular que permita explicar, comprender y, en un momento dado, transformar la realidad. La aplicación de dichos conocimientos permitirá al profesionista resolver problemas de la colectividad o del individuo de forma sistemática y eficiente, siguiendo caminos que lo diferencian de otros modos de resolver problemas, llamados no científicos o no profesionales.

El trabajo profesional demanda del que lo ejerce una formación científica sólida. Este tipo de competencia hace énfasis en el aspecto informativo, en particular en el caso del conocimiento que se relaciona con las ciencias, por lo cual la educación universitaria tiene como una de sus responsabilidades prioritarias capacitar a los alumnos en la claridad conceptual, en los descubrimientos científicos, en los métodos de investigación de que dispone la ciencia.

Competencia técnica. Cuando se hablar de un trabajo profesional, se piensa en una persona capacitada para realizar un conjunto de acciones que permitan, por ejemplo en el caso de un médico, administrar un tratamiento que restituya la salud al enfermo. El profesionista debe contar no sólo con el conocimiento teórico y sistemático de las ciencias que le competen, sino además debe ser capaz de aplicar esos conocimientos a casos y problemas concretos.

La competencia técnica supone de esta forma que las instituciones encargadas de la formación de cuadros de profesionistas no sólo se abocarán a proporcionar información científica, sino que además buscarán el equilibrio en la formación práctica de los estudiantes, lo hace se hace por medio de la adecuación de sus planes y programas de estudio.

La responsabilidad del desarrollo de la competencia técnica y científica no sólo compete a las instituciones formadoras de profesionistas, sino que le atañe al aspirante a profesionista y a la sociedad en general, que deben buscar las opciones que acorten la distancia entre lo teórico y lo técnico, entre la teoría y su aplicación.
Competencia humanística. La formación científica y técnica en un campo particular no basta para reconocer a un profesionista como tal; lo que le confiere esta característica sin duda es la formación humanista; es decir, toda profesión debe tener como objetivo fundamental al hombre.

En su jerarquía de valores, el profesionista coloca al hombre en primer lugar, ya sea para desarrollar su espíritu, buscar su salud, promover su bienestar económico, etc., de lo cual se desprende su responsabilidad social, que es otra de las características de una profesión. Así pues, el sentido de servicio con que se debe vivir y concebir la profesión se separa de cualquier otro tipo de interés o utilidad.

El servicio en la profesión supone una actitud que la lleva a un nivel más allá de lo meramente material, al mundo de lo ideal, que reclama en no pocas ocasiones la generosidad del que posee el conocimiento teórico y técnico para la búsqueda del bienestar del individuo y de la sociedad.

Cuando se habla de la competencia humanística, se hace referencia al aspecto formativo del profesionista, los valores en que se forma para el uso y aplicación de los conocimientos científicos que adquiere.

En el proceso educativo las instituciones, en particular las universidades, no sólo buscan el aspecto informativo y la acumulación de conocimientos científicos, sino también el formativo; o sea, que el profesionista reconozca su responsabilidad social.

Entre los tres tipos de competencia existe una estrecha interrelación. No se puede hablar de un trabajo profesional si una de ellas se desarrolla de forma deficiente, lo cual repercutiría tanto en quien la ejerce como en los usuarios de los bienes o servicios que se derivan de su ejercicio profesional.

Es necesario otorgar un significado más amplio al término competencia en el sentido de no sólo hacer énfasis en el aspecto intelectual en cuanto a conocimiento científico, sino que debe significar una colaboración dinámica y permanente de toda la persona, en todas sus dimensiones: física, intelectual, emocional y moral, con una tendencia al bien común.

Búsqueda del bien común

Cuando se habla del bien común, se hace referencia a que en el ejercicio profesional se busca el bienestar individual y colectivo del hombre. Basta mencionar que el surgimiento de las profesiones surge de las necesidades humanas en aspectos específicos de su vida individual y colectiva; por lo tanto, la relación entre profesión y sociedad lleva a reconocer el fuerte vínculo que existe entre ellas.

Una profesión que no responda a las necesidades sociales no tiene razón de existir; su existencia está determinada socialmente. Toda profesión tiene por fin una prestación de servicios o una producción de bienes, y ambos fines se conjugan en un momento determinado. Son bienes y servicios concretos específicos de cada profesión. La demanda individual o social les confiere su valor social, en el sentido de que el profesionista debe ser sensible a reconocer estas demandas y buscar satisfacerlas de la forma más adecuada y eficiente.

Cuando se habla del sentido social de las profesiones, se refiere a la responsabilidad que tienen los profesionales, más que a una visión meramente altruista; es decir, esclarecer qué beneficios o valor tiene para la sociedad el trabajo. En este sentido cobra un doble significado la función profesional: por un lado el referente a la finalidad particular de la profesión; el otro, en cuanto al valor que tiene el quehacer profesional y su repercusión sobre el individuo y la sociedad, ya que es el individuo y la sociedad en general los que reciben el producto del trabajo profesional.

Una función importante de las profesiones es que se pueden considerar como el medio a través del cual la sociedad puede lograr ser cada vez mejor en beneficio del mismo hombre.

El sentido social de la profesión tiene que ver con el vínculo que se establece entre la sociedad y el profesionista, en donde la primera determina las necesidades que el segundo debe satisfacer y éste desarrolla habilidades, destrezas y actitudes que satisfagan a la sociedad.

La comunidad confía en que el profesionista será capaz de resolver sus problemas, ya que cuenta con el saber especializado para hacerlo.

ACTIVIDAD

1. ¿Cuál es tu concepto de profesión?
2. ¿Cuál consideras que es la concepción social de tu profesión?
3. Describir dos:
- Competencias intelectuales
- Competencias técnicas
- Competencias humanísticas
Relacionadas con tu profesión
4. ¿Por qué debe ser el beneficio de la sociedad el fin último de las profesiones?

sábado, 1 de mayo de 2010

Lunes y Martes hay clases

Desde Dirección General llego un documento en el cual se confirma que el único día no laboral es miercoles 5 de Mayo, por lo que Lunes y Martes las clases no se suspenden.

Nos vemos el lunes y el martes, que tengan un buen fin de semana.

Saludos desde la Decadencia

domingo, 25 de abril de 2010

La ciencia no lo es todo



Rosaura Ruiz y Juan Manuel Rodríguez publicaron una reflexión a propósito de la encuesta que María de las Heras hizo para el El País, sobre la percepción de la ciencia en México. Tanto Ruiz y Rodríguez, como de las Heras, coinciden en señalar que, a pesar de la buena estima que en México tiene la actividad científica todavía un número importante de personas creen en cosas acientíficas como los milagros o la astrología. Incuso, para subrayar el caso, de las Heras recurre no a su propia encuesta, sino a otra del Conacyt del 2007 para asegurar que: “todavía seis de cada diez mexicanos piensan que la astrología y el conocimiento de los signos del zodiaco es una ciencia, y una proporción similar considera que la parasicología también lo es.”

La reflexión de todos ellos parte, sin embargo, de una premisa falsa: la difusión y el conocimiento de la ciencia hace que la gente no crea en los milagros, la astrología o el horóscopo. Debería ser claro que, después de 400 años de ciencia, ésta ha llegado a convertirse en el epicentro del saber, y ha desplazado a otros saberes, otrora centrales, como la astrología, la parapsicologia o el espiritismo, hacia la periferia. Pero esto no significa que la ciencia haya probado que la astrología es falsa (ni siquiera lo ha hecho en el país de la ciencia por excelencia, como lo es Estados Unidos). En realidad, esa es una de las falacias principales de la historia de la ciencia: suponer que esta elimina las creencias precientíficas. Lo que ha hecho, en realidad, es desplazar, colocar ciertos saberes en otro lugar, pero no eliminar.

Muchas prácticas como la astrología, la consulta al horóscopo, la creencia en los milagros y en la fe, se mantienen por razones completamente diversas a su grado de verdad o de demostración. Están ahí porque son entretenidas, dan consuelo, estimulan la esperanza, dan sentido a la existencia. Si, la ciencia no ha alcanzado a ocupar el espacio que estas mantienen. Hay una comprensión del hombre, y una sabiduría de la vida personal, que la ciencia no ha ocupado y quizás, no pueda ocupar nunca.

Ernesto Priani

Fuente:
http://www.ernestopriani.com/index.php?id=30,226,0,0,1,0

Más allá de la moral laboral, más acá de la ética profesional.

Confesiones inéditas.

La vida de la Academia suele ser más relajada que la laboral. Inmersos entre una serie de tareas estudiantiles: -compromisos de nuestro propio desarrollo académico- nos debatimos constantemente entre aprender, conocer, cumplir y acreditar una asignatura que en el último de los casos consideramos pertinente (o quizá no) para nuestro desarrollo epistemológico en el área que estudiamos. No obstante, ahí, durante aquellos largos años en los que nos formamos básicamente (licenciatura), específicamente (maestría) y en el área de la investigación (doctorado), es difícil darnos cuenta de las posibilidades que se nos presentan una vez egresados de cualquier tipo de institución. En el último de los casos, damos un gran salto a una microsociedad laboral que nos exigirá y hará que nos exijamos constantemente “algo más allá” de lo que aprendimos en la escuela, y no es que la escuela esté distanciada de lo que “afuera” se nos exija, de hecho nuestro modelo académico (algunos lo siguen llamando nuevo, pero obedece a más de una década) se encuentra basado en lo que hoy está en boca de todos los profesionales de la educación, me refiero a las tan citadas “ competencias”.En suma, se pretende que los alumnos aprendan en la escuela lo que se les solicitará en la empresa, en alguna institución, etc., por lo tanto, es imprescindible la vinculación entre la academia y la futura profesión. Sin embargo, desgraciadamente, muchas veces observamos que esto no se da en su totalidad.

Quisiera referir a mi experiencia personal: egresé de la carrera de filosofía a los 22 años y un año después conseguí una plaza de medio tiempo en la Secretaría de Educación Pública, así, comencé dando clases de historia, español y formación cívica y ética a nivel secundaria, pero ¿qué sabía yo de dar clases?, ¿y qué sabía de dar clases a múltiples adolescentes de 12 a14 años? Nada, la academia no me había preparado para eso. La Escuela únicamente me había enseñado una gama extensa y profunda de conocimientos relacionados con la filosofía y su especificación: filosofía del arte, de la moral, de la política, de la historia, de la ciencia, de la tecnología, pero… nada de enseñar, (pese a que he de aclarar que el campo de la filosofía se encuentra restringido a la investigación y a la docencia). Entonces, ¿no sería pertinente que en la Universidad nos enfocaran epistemológicamente a desarrollar esas competencias? A lo que voy, es que es pertinente –dentro de la educación- que cada uno de ustedes reciba una serie de conocimientos, habilidades y actitudes que serán requeridos cuando laboren. ¿Y todo esto, qué relación tiene con la ética? ¡Mucha! Es sumamente pertinente que ustedes, en el marco de la Ingeniería que les corresponde, desarrollen no sólo conocimientos, sino habilidades y actitudes que requerirán en el mundo laboral, además es ineludible que tendrán que requerir de una ética profesional, insisto, una ética de este tipo tendrá que obedecer a realizar su trabajo con rectitud, con integridad, con la volición ( de la que hablamos en la primera unidad), de llevar a cabo sus sueños pensando siempre en los otros, y actuar conforme a las normas que en la nueva institución se los reclame, siempre y cuando no traicione sus ideales como profesionistas de la ingeniería.

¿Ustedes qué piensan?

viernes, 23 de abril de 2010

Ética Profesional

¨Ética Profesional
¨Primeras aproximaciones.


¨Introducción


¨¿Qué es lo que todos, o casi todos hacemos? Trabajar. Llevar a cabo un oficio, un empleo, una profesión. Pero en el trabajo hay algo más importante que la eficiencia, porque se trata de un factor que precisamente la hace posible. Este algo, de carácter ético, es lo único que funciona como razón de ser de una genuina eficiencia en el quehacer de las profesiones y los oficios.

¨Profesión

¨La palabra profesar significa “declarar o enseñar en público’’, y deriva del latín culto profiteri (cuyo participio es profesus), que quiere decir “declarar abiertamente’’, ‘‘hacer profesión’’, ‘‘confesar’’ . Del mismo origen provienen las palabras “profesor” y “profesión”, que sirven para hablar de ‘‘quien hace profesión de algo’’. Así decimos que alguien “hizo profesión de fe...”, que “profesó en la universidad de...”, etcétera. Por un lado, pues, el que declara públicamente, el que es un profesor, quien profesa una convicción; y por el otro, por la vía de la profesión, el profesional. El que es “un profesional” renuncia a sus intereses personales, cualesquiera que éstos sean, y “en cuerpo y alma” se pone al servicio de los intereses de su profesión, cuyo fundamento ético, asentado en la dignidad humana, impide tomar al hombre como un medio. Esa dignidad ética hace decir a Kant que al ser humano jamás se le debe tomar como un medio sino como un fin en sí mismo.

¨El sentido ético del trabajo

¨Todo el sentido ético del trabajo tiene su fundamento en la conexión de esa dignidad suya con su propio ser, con lo que esencialmente es como ser obrero (o ente que trabaja). El requerimiento pragmático de eficiencia usa a la persona como medio para conseguir beneficios o utilidades; en cambio, la exigencia ética de eficiencia, generada por el sentido ético del trabajo, toma al hombre respetándolo como un fin en sí mismo, y a su labor, como algo digno del mismo respeto que lo humano. El trabajo tiene un sentido ético, porque puede hacerse bien o mal; el sentido ético de la vida es posible porque puede vivirse bien o mal.

¨¿Qué es la ética profesional?

¨Ahora bien, si no perdemos de vista el sentido original de “profesar” y de “ser profesional”, quedamos en mejores condiciones para entender lo que quiere decir ética profesional, pues será más o menos evidente que se trata de la fuerza moral en la cual se apoya lo que profesamos, nuestra profesión. En otras palabras, estamos hablando del fundamento ético de nuestro quehacer; en primer lugar, públicamente declarado (como en la protesta que se rinde cuando alguien en una institución educativa queda autorizado académica y moralmente para ejercer una profesión ); en segundo, públicamente reconocido (cuando en ese mismo acto la sociedad simbólicamente avala la autorización), y en tercer lugar, públicamente retirado (cuando la comunidad, a través de una figura de autoridad retira, en una especie de degradación, el mencionado reconocimiento por una falla profesional o una infidelidad a su compromiso ético).

¨La ética profesional en el día a día

¨Todos, tarde o temprano, nos dedicamos a un oficio, un trabajo, un quehacer profesional... Entonces, es importante que podamos entender bien en qué sentido preciso nuestro quehacer puede ser, efectivamente, ético o puede dejar de serlo. La ética profesional no depende directamente de ciertas normas o códigos “de ética” de distintos gremios profesionales. Ella no trata sencillamente de ponernos en el dilema de cumplir o no determinadas reglas morales. Eso sucede naturalmente. Si se es hombre, es necesario elegir entre una cosa y otra (una acción u otra). Vivir es elegir. No hay salida. Estamos condenados a decidir, porque somos libres, y somos libres por la insuficiencia de nuestro ser, como lo señala Platón en El banquete. El comportamiento moral, y por tanto el de ética profesional, es por esencia libre, consciente y responsable de las consecuencias, independientemente de las buenas intenciones.

¨Conciencia moral y ética profesional

¨Los códigos morales (sean de carácter social, religioso o profesional) sólo orientan, de la mejor manera que pueden hacerlo, nuestras decisiones. Éstas son las que después de haber sido tomadas sufrirán nuestra aprobación y la ajena, o nuestro rechazo y el de los demás.

¨Como es bien sabido, muchos quehaceres tienen sus propios códigos, reglas o normas, explícita o implícitamente expresados. Pareciera que fuera suficiente con hacer lo que ellos mandan para estar con la conciencia tranquila. Pero no. No se trata de eso. La conciencia moral nunca está tranquila frente a los conflictos morales que nos ofrece siempre el repertorio de nuestras posibilidades vitales (de nuestras posibles opciones o elecciones).

¨¿Qué implica la ética profesional?

¨La ética, en el sentido profesional, tiene que ver íntimamente con nosotros. ¿Cómo es esto? Ella está directamente vinculada con la calidad moral de nuestro trabajo. Está implicada en el modo de llevar a cabo nuestro quehacer, e implica entrega vocacional, responsabilidad, honestidad intelectual y práctica (relativa a lo que sabemos y lo que hacemos). La ética profesional es fundamentalmente un compromiso con lo que ustedes hacen, con lo que yo hago, con lo que cada ser humano hace.

¨La Falla Ética

¨Una falla profesional, es decir, una falla de ética profesional, es algo muy grave, porque en realidad el ethos profesional no permite infidelidades o violaciones: el que las comete no es un profesional en falta; simple y radicalmente ya no lo es más. Un científico que miente, no es un hombre mentiroso, sino alguien que ya no es un científico; un médico que se pone al servicio de la muerte, deja de ser un médico, aunque siga teniendo su título en una delas paredes de su consultorio.

¨La función tiene que continuar

¨Con ética profesional, con ética del trabajo en todos los campos, no sólo en el teatro, ‘‘la unción tiene que continuar’’. ¿Y qué quiere decir eso? Normalmente cuando hablamos de que la función tiene que seguir adelante, hablamos de que independientemente del estado de ánimo, de lo que nos sucede internamente, de nuestra situación económica, de lo que está sucediendo en el mundo en ese momento (que inclusive puede ser algo muy grave), la responsabilidad profesional nos obliga a hacer nuestro trabajo como siempre, de una manera tan bien hecha como la tenemos que hacer en cualquier ocasión, pase lo que pase.

¨Conclusión

¨Entonces, en pocas palabras, y definiéndola rigurosamente, la expresión ‘‘ética del trabajo’’ significa, dentro de cualquier forma de praxis, un compromiso ineludible con nosotros mismos de hacer bien las cosas, un compromiso que no se puede dejar de cumplir, porque tiene que ver con un compromiso con nuestro propio ser, que nos hace más o nos hace menos, nos hace mejores o nos empeora, nos enriquece o nos empobrece en nuestro propia naturaleza.

¨La ética del trabajo es un compromiso ineludible, un principio que no se puede violar, una lealtad que no se puede abandonar, que no se puede defraudar. ¿Y por qué no? Si algún día estoy de muy mal humor, o sufro el dolor del abandono de mi pareja, o el del duelo de la ausencia de un ser querido, o me siento físicamente mal, podría decir: ahora no trabajo, o si lo hago, lo haré como pueda, como sea.

¨Pero la ética del trabajo, con su poder ontológico sobre nuestro propio ser, nos lo impide. No se puede, por razones éticas, hacer mal lo que se hace. Y damos por supuesto que en el mejor de los casos siempre se hace lo que se puede. Pero dentro de “lo que se puede” hay, en todo caso, un espacio de posibilidad para hacer bien lo que se hace.

¨¿Qué quiere decir eso? Significa que no hay razón para violar ese compromiso, esa lealtad, que es una lealtad con mi propio ser y con el ser del otro, ese prójimo que siempre completa el sentido de mi acción, como destinatario de ella, beneficiario, testigo, juez...

sábado, 17 de abril de 2010

Exposición fotográfica: la mirada extralúcida

Hoy en día asistimos a una cultura de lo visual. Muchos pensadores, entre ellos Jean Baudrillard, han denunciado la capacidad de las imágenes para transportarnos a una hiper realidad. Desde esta perspectiva, la imagen posee una característica negativa, según este autor "ya no hay nada que ver", y no lo hay justamente porque, a través de las nuevas tecnologías, la imagen es cada vez más asemejable a la realidad incluso podría decirse que la supera (de ahí su carácter de hiper realidad). Sólo basta contemplar los nuevos videojuegos o las nuevas tecnologías aplicadas al cine en tercera dimensión para corroborar esta tesis. Para Baudrillard dichas imágenes se convierten en obscenas, y con obscenidad Baudrillard busca denunciar una especie de desilusión ante la imagen; ésta es tan transparente que hemos perdido nuestra capacidad para interpretarla de forma iconográfica. 
Considero que la postura de nuestro autor francés minimiza la complejidad simbólica de muchas imágenes actuales y en defensa a la capacidad del ser humano de interpretación, debemos de aprender en esta realidad mediática, en donde somos bombardeados constantemente a través de imágenes sugerentes, dirigidas y con una construcción semiótica tal, que terminan por ofrecernos una verdad que ha sido simplemente construída por los medios; aprender a "leer" las imágenes, pero también a aprender a construir nuestros propios mensajes visuales para comunicar a la sociedad. A partir de esta comprensión de la realidad, el Profesor Jesús Cantera y la que suscribe, Profesora Yelenia Cuervo hemos decidido invitarlos a generar una exposición fotográfica en el marco de la temática: ética y profesión, donde cada uno de ustedes se enfrentarán a la oportunidad de generar una realidad fotográfica para la transmisión de un mensaje de corte ético dentro de su propia profesión.
¡En horabuena!

domingo, 11 de abril de 2010

El HUMANISMO BAJO LOS OJOS DE PETER SLOTERDIJK

EL HUMANISMO BAJO LOS OJOS DE PETER SLOTERDIJK
Por Adolfo Vásquez Rocca.

El origen del humanismo se debe en último término a la disposición de los romanos a leer los escritos de los maestros griegos como si fueran cartas dirigidas a sus amigos en Italia. Se podría entonces retrotraer el fantasma comunitario que subyace de todo humanismo al modelo de una sociedad literaria, de esta forma, el mundo humanizado nacen de la secta de alfabetizados, que como muchas otras sectas dan a luz un proyecto expansionista y universalista, organizado a través de lecturas asociadas en cada caso aun espacio nacional. ¿ que son las naciones modernas sino poderosas ficciones de públicos letrados, convertidos a partir de los mismos escritos en armónicas alianzas de amistad?
Estos humanismos nacionales de lectura gozosa tuvieron verdaderamente su apogeo entre 1789 y 1945; en su centro residía consciente de su poder y autosatisfecha la casta de antiguos y nuevos filólogos, que se sabían responsables de la misión de iniciar a los recién llegados en el circulo de destinatarios de cartas decisivas y voluminosas.
Si esta época parece hoy irremisiblemente declinada, se debe a que la época del humanismo nacional-burgués llego a su fin porque el arte de inscribir cartas de amor a una nación de amigos, aun cuando adquirió un carácter profesional, no fue ya suficiente para anudar el vinculo telecomunicativo entre los habitantes de la moderna sociedad de masas. Por el establecimiento mediático de la cultura de masas en el primer mundo en 1918 con la radio, y tras 1945 con la televisión y aun más por medio de las revoluciones de redes actuales, las coexistencias de las personas en las sociedades contemporáneas se ha vuelto establecer sobre nuevas bases.
Los nuevos medios de la telecomunicación político cultural, que tomaron la delantera en el intervalo, son los que acorralaron al esquema de la amistad escrituraria y lo llevaron a sus modestas dimensiones actuales, lo que nos ha llevado a la pregunta sobre el futuro del humanismo y sus medios.
El humanismo como una palabra y cosa tiene siempre un opuesto, pues es un compromiso en pos del rescate de los seres humanos de la barbarie , por ello la pregunta se orienta en el fondo a saber si quedan esperanzas de dominar las tendencias actuales que apuntan a la caída en el salvajismo del hombre. Y aquí hay que tener encuenta que, hoy como siempre, el salvajismo suele aparecer precisamente en los momentos de mayor despliegue de poder, ya sea bajo las metodologías de guerra imperial, o como bestialización cotidiana de los seres humanos en los medios de entretenimiento desinhibitorio. De ambos tipos suministraron los romanos modelos que perdurarían en la Europa posterior: del uno con su omnipresente militarismo, del otro por medio de su premonitoria industria del entretenimiento basada en el juego sangriento.
El fenómeno humanista gana atención hoy sobre todo por que recuerda que en la alta cultura, los seres humanos son cautivados constantemente y al mismo tiempo, por dos fuerzas formativas, que llamaremos influjos inhibitorio y desinhibitorio. La etiqueta humanismo recuerda –con falsa inocencia- la perpetua batalla en torno al hombre, que se ratifica como una lucha entre las tendencias bestializantes y las domesticadoras. De allí se puede deducir que, los romanos educados llamaban “humanitas “al combate o mejor la abstinencia de la cultura de masas en los teatros de ferocidad.
Estas indicaciones dejan en claro que con la pregunta –por el humanismo- se alude a algo más que a la conjetura idealizada de que el acto de leer educa. De esta forma, de ahora en adelante la pregunta será reformulada de forma ineludible como una pregunta por los medios, entendiendo por estos a los medios comulgales y comunicativos.
En Otoño de 1946, el filosofo Martín Heidegger escribe su célebre artículo sobre el humanismo (Über den Humanismo) donde se pregunta por las condiciones del humanismo europeo e inaugura un espacio de pensamiento post-humanista, que se aleja de la tradición metafísica del pensamiento europeo. Debido a ello, la pregunta por la esencia del hombre no llega por vía correcta hasta que no se tome distancia de dicha tradición: definir al hombre como animal rationale. Según esta interpretación, el hombre termina siendo una mera adición de capacidades espirituales. Contra esto se rebela el análisis existenciario-ontológico de Heidegger: para él la esencia del hombre no puede ser enunciada desde una perspectiva biológica o zoológica y como ángel iracundo se introduce entre el animal y el hombre con su espada atravesada para cortar toda comunidad ontológica entre ambos. En el centro de este pathos antivitalista opera el entendimiento de que el hombre se diferencia del animal en términos ontológicos por lo que no puede bajo ninguna circunstancia ser concebido como un animal dotado de un suplemento cultural o metafísico: el honbre tiene mundo y está en el, mientras que plantas y animales solo están tendidos en sus respectivos medios circundantes.
Para establecer realmente la dignidad humana, Heidegger habla del cometido del hombre, que es su esencia y de la esencia humana, de la que surge su cometido: guardar el ser y su cometido. Establecido bajo la metáfora del pastor y subrayando que la casa del ser es el lenguaje. Este custodiar no representa una labor de vigilancia libremente elegida en el propio interés, sino que el hombre es colocado aquí como un custodio del ser mismo. El lugar donde rige este colocar es el claro, el sitio en que el ser acontece como aquello que allí es.
Definir al hombre como pastor y vecino del ser y designar al lenguaje como la casa del ser, fija al hombre en una correspondencia respecto del ser que le impone un comportamiento radical, lo confina - a él, al pastor- en las cercanías o el perímetro de la casa; lo expone a un conocimiento que reclama más quietud, oídos y pertenencia que lo que la más amplia educación pudo nunca.
El ser envía entonces las cartas decisivas, hace guiños en rigor a amigos serenos, a vecinos receptivos a pastores recogidos y quietos, y hasta donde se puede ver, a partir de estos círculos de co-pastores y amigos del ser no se constituyen amigos naciones, ni escuelas alternativas.

De esta forma, al oponerse al humanismo que contribuye a la historia del rearme de la subjetividad. Heidegger presenta, en efecto al mundo histórico europeo como el teatro del humanismo militante, como el campo sobre el que la subjetividad humana realiza la toma del poder sobre los entes con las fatales consecuencias lógicas de este acto. Bajo esta luz, el humanismo se ofrece como cómplice natural de todo horror posible que haya podido ser perpetrado en nombre del provecho humano.
Frente a estas enormes condenas e inversiones ronda de nuevo la pregunta por el fundamento de la domesticación y la educación humana. ¿Qué puede domesticar aún hoy al hombre, si el humanismo naufraga en tanto que escuela domesticadora humana? ¡que puede aún domesticar al hombre, si hasta el día de hoy sus esfuerzos de automoderación lo han llevado en gran medida precisamente a su toma de poder sobre todo ente?
A continuación nos desviaremos de las indicaciones de Heidegger sobre la detención en figuras finales del pensamiento contemplativo, mientras hacemos el intento de caracterizar históricamente el claro ek-stático en que el hombre es solicitado por el Ser. Se verá que el estar o permanecer –dentro del hombre en el claro del ser- no es de ningún modo una relación ontológica originaria, que no fuera susceptible de una indagación anterior. Hay una historia sutilmente ignorada por Heidegger. La historia real del claro -de la que debe salir una reflexión abismal sobre el hombre que vaya más allá del humanismo- se compone de dos grandes relatos, que convergen en una perspectiva más amplia, la de la exposición de cómo surgió el hombre sapiens del animal sapiens. El primero da cuenta de la aventura de la hominización, la revolución antropogénica.

Ingeniería y Globalización

Un texto adecuado sobre la creatividad y la ingeniería hoy, sin duda un texto para comprender el paradigma que se nos presenta en el mundo actual y sus consecuencias en la aldea global.

http://www.coit.es/publicaciones/bit/bit151/08-10.pdf

Actividad Comentar el texto.

Efectos sociales hoy

— Ingeniería y Tecnología,

— Efectos sociales hoy.

— Introducción.

— En la tecnología no podemos dejar de lado las cuestiones entre la actividad tecnológica y las cuestiones valorativas. Por ello es necesario hacer uso de un modelo de la tecnología que nos permita reunir los aspecto materiales del hacer tecnológico, los conocimientos sistemáticos relacionados con la ciencia, entre otros; las actividades de organización y gestión misma de esa tecnología y la esfera de los valores de la sociedad en donde esa tecnología hace parte.

— Tecnología Practica.

— La tecnología desde la óptica de Arnold Pacey, es vista como una práctica tecnológica. Pacey dice que la practica tecnológica: “...viene a ser la aplicación del conocimiento científico u organizado a las tareas prácticas por medio de sistemas ordenados que incluyen a las personas, las organizaciones, los organismos vivientes y las máquinas”.
— El concepto de práctica tecnológica esta relacionado por analogía con el de práctica médica, el cual deja ver con mayor nivel de implicación los aspectos organizativos y no solo la dimensión estrictamente técnica.

— Características de la Tecnología Práctica.

— La práctica tecnológica contiene tres características:

— 1. El aspecto organizacional, que relaciona las facetas de la administración y la política públicas, con las actividades de ingenieros, diseñadores, administradores, técnicos y trabajadores de la producción, usuarios y consumidores;

— 2. El aspecto técnico, que involucra las máquinas, técnicas y conocimientos, con la actividad esencial de hacer funcionar las cosas;

— 3. El aspecto cultural o ideológico, que se refiere a los valores, las ideas, y la actividad creadora. La práctica tecnológica encierra la integración de estos tres elementos en un sistema.

— La tecnología desde este punto de vista se vislumbra como un sistema o un sociosistema, el cual permite intercambios y comunicaciones permanentes de los diversos aspectos de la operación técnica (instrumentos, máquinas, métodos, instituciones, mercados, etc.), administrativa y cultural.

— Los sistemas tecnológicos en la sociedad.

— Para comprender la relación entre tecnología-ingeniería y sociedad es necesario partir de los sistemas tecnológicos. Thomas Hughes a partir de sus estudios alrededor de los sistemas eléctricos demuestra que los sistemas tecnológicos contienen complejos y desordenados componentes que interactúan en la solución de los problemas. Dichos componentes son artefactos físicos, organizaciones, los cuales son descritos como científicos, además de artefactos legislativos y los recursos naturales.
— Por ende las personas, inventores, científicos, industriales, ingenieros, gerentes, financieros y trabajadores; son componentes del sistema, pero no deben ser considerados como artefactos del mismo ya que tienen grados de libertad que no contienen los artefactos.

— El momentum.

— Hughes utiliza el concepto de Momentum tecnológico para hablar de la relación entre tecnología y sociedad partiendo de la propensión de las tecnologías por desarrollar trayectorias previamente definidas en un determinado momento de su desarrollo.
— Hughes señala que cuando el sistema es joven, el entorno es el que configura el sistema. Pero en la medida en que el sistema se hace más grande y complejo, cobra un impulso o momentum por lo que el sistema es cada vez menos configurado por su entorno, de esta manera el sistema se convierte en el elemento que más configura la sociedad. En otras palabras, el sistema configura la sociedad y es configurado por ella.
— El concepto de momentum o impulso tecnológico constituye un modo de interpretación aún más flexible y acorde con la historia de los grandes sistemas tecnológicos. Permite considerar que la configuración es más fácil antes de que el sistema haya adquirido componentes políticos, económicos y de valores. Hughes no sostiene que los sistemas se vuelvan autónomos, sino que más bien alcanzan momentum, es decir, su desarrollo continúa gobernado por la inercia de su propio movimiento.
— Hughes destaca que los ingenieros son en gran medida los constructores de los sistemas tecnológicos, ya que son capaces de coordinar actividades de innovación, resolver problemas organizativos, encontrar recursos de financiación o responder a los cuestionamientos políticos.
— Hughes dice que el caso de Thomas Edison es paradigmático, más que un inventor, es el constructor del sistema eléctrico de potencia, en donde combina conocimientos, capacidad organizativa y resolución de problemas, consiguiendo reunir los intereses financieros, políticos y sociales necesarios para el desarrollo del sistema.

— El paradigma tecnoeconómico.

— El concepto de sistema tecnológico podemos ampliarlo en una dimensión histórica, para referirnos a grandes momentos de desarrollo tecnológico y sus efectos en la sociedad, en este sentido es útil el concepto de paradigma tecnoeconómico.
— Los sistemas tecnológicos con sus procesos de innovación están en la base de los cambios tecnológicos y por consiguiente de los cambios en el conjunto de la economía y la sociedad. Estos cambios o “revoluciones tecnológicas” no sólo hacen aparecer nuevos productos, servicios, sistemas e industrias, sino que afectan directa o indirectamente a todas las ramas de la economía.
— El paradigma tecnoeconómico, destaca no sólo por que influye en las trayectorias tecnológicas de determinados productos y procesos, sino que modifican las estructuras de costos, las condiciones de producción y distribución de todo el sistema económico.
— Un paradigma tecnoeconómico es concebido como un tipo ideal de organización productiva, que define el contorno de combinaciones más eficientes y de menor costo durante un período dado y sirve, en consecuencia, como norma implícita orientadora de las decisiones de inversión y de innovación tecnológica. Con un nuevo paradigma nace una manera óptima tecnológica y organizativa de hacer las cosas.
— Las innovaciones transformaron la industria inglesa y originaron un nuevo modo de producción: la fábrica; entendida como unidad de producción unificada, con trabajadores sujetos a supervisión, que usa una fuente central y típicamente inanimada de energía. La ingeniería estaría en todo este proceso, tanto en los aspectos de invención, como de emprendimiento y gestión de estos cambios tecnológicos.

— Los efectos de la ingeniería en la sociedad.

— A partir de la construcción de los sistemas tecnológicos que conforman paradigmas tecnoeconómicos, se define el ámbito de las posibilidades del hacer tecnológico en la producción de bienes y servicios, y en general del grupo de ramas inductoras del crecimiento de la economía, la organización empresarial y los patrones de competencia y cooperación en las diversas sociedades.

— La sociedad de conocimiento.

— Con la llegada de las nuevas tecnologías, la sensación de mutación y cambio tecnológico se ha hecho más palpable y con ello la importancia de la ingeniería en las decisiones de la sociedad.
— Las nuevas tecnologías están en la base de una economía global o “economía informacional”, caracterizada porque la productividad y la competitividad se basan de forma creciente en la generación de nuevos conocimientos y en el acceso a la información adecuada, bajo nuevas formas organizativas que atienden una demanda mundial cambiante y unos valores culturales versátiles.
— Hoy se asiste a un único sistema de sociedad propiciado por la tecnociencia. La tecnociencia es un concepto que no hace grandes distinciones entre la ciencia y la tecnología, pues su espacio de contextualización está definido por la Investigación y el Desarrollo (I+D) de las empresas y agencias tecnocientíficas; a diferencia de la ciencia y la tecnología, que eran promovidas ante todo por comunidades de científicos e ingenieros. Las nuevas tecnologías de información y comunicación conforman un sistema tecnocientífico, entre otros, el cual está posibilitando el nuevo paradigma tecnoeconómico y con ello la emergencia y el desarrollo de una nueva modalidad de sociedad, la sociedad del conocimiento.
— La sociedad del conocimiento es una sociedad de tercer entorno, posibilitada por una serie de tecnologías, entre las cuales mencionaremos siete: el teléfono, la radio, la televisión, el dinero electrónico, las redes telemáticas, los multimedia y el hipertexto. La construcción y el funcionamiento de cada uno de esos artefactos presuponen numerosos conocimientos científicos y tecnológicos (electricidad, electrónica, informática, transistorización, digitalización, óptica, compresión, criptología, etc.), motivo por el cual conviene subrayar que la construcción de este tipo de sociedad, sólo ha comenzado a ser posible para los seres humanos tras numerosos avances científicos y técnicos. Esta sociedad es uno de los resultados de los sistemas tecnocientífcos y por ello ha emergido con más fuerza en aquellos países que han logrado un mayor avance tecnocientífico.

— Conclusión .

— Tanto la propuesta de Pacey como modelo de entender la tecnología como sistema y la de Hughes para articular el sistema con la sociedad, nos deja ver que el ingeniero y por consiguiente la ingeniería, no se circunscribe a una relación con la tecnología en sentido restringido, sino que el ingeniero actúa en un campo social en muchas direcciones. Es a partir de los sistemas tecnológicos como unidad de análisis que entendemos los efectos de la ingeniería sobre la sociedad, en donde la tecnología configura la sociedad y la sociedad configura la tecnología.
— Estamos ante una transformación de mayor entidad basada en un nuevo espacio de interacción entre los seres humanos, en el que surgen nuevas formas sociales y se modifican muchas de las formas anteriores. Se está modificando profundamente la vida social, tanto en los ámbitos públicos como en los privados, el sistema tecnocientífico incide sobre la producción, el trabajo, el comercio, el dinero, la escritura, la identidad personal, la noción de territorio, memoria y también sobre la política, la ciencia, la información y las comunicaciones y la educación.

viernes, 9 de abril de 2010

Metrópolis

Metrópolis de Fritz Lang


                                                                                                                    * Por Yelenia Cuervo Moreno

“He hecho todas mis películas como sonámbulo. He hecho todo lo que creía correcto, nunca he preguntado a nadie si lo que hacía estaba bien o mal.”

                                                                                                                                      Fritz Lang

En la memoria de la tradición cinematográfica, la obra del expresionista Fritz Lang continúa como objeto de culto. Lang dirigió su primer filme titulado Halbblut en 1919. Posteriormente en el año de 1922 El Doctor Mabuse, Metrópolis en 1926, M el vampiro de Dusseldorf en 1931, El testamento del Dr Mabuse en 1932, Furia en 1936, sólo se vive una vez en 1937, La venganza de Frank James en 1940, Los verdugos también mueren en 1943, La mujer del cuadro en 1944, Perversidad en 1945, Clandestino y caballero en 1946, Secreto tras la puerta en 1948, Guerrilleros en Filipinas 1950, Encuentro por la noche en 1952, Encubridora en el mismo año, Los sobornados en 1953, Deseos humanos en 1954, Los contrabandistas de Moonfleet en 1955, Mientras Nueva York duerme 1956, El tigre de Esnapur en 1959 y La tumba india del mismo tiempo.

Fritz Lang nace en Viena en el año de 1890 y muere en Hollywood en 1976. En su juventud realizó estudios de arquitectura para complacer a su padre, posteriormente regresó a Austria y se enroló en el ejército donde fue herido. El azar frente a este hecho lo llevó a conocer en el hospital militar a Joe May, director de cine al que le mostró algunos de sus dibujos y sus narraciones y quien no dudó en contratarlo como guionista. De esta forma Lang escribió para May su primer largometraje bajo la dirección del último, pero Lang no estuvo contento con los resultados, así que a partir de ese momento decidió dirigir sus propias películas. Unos años más tarde conoce al productor Erich Pommer, uno de los más importantes en aquel tiempo.

El estilo de su filmografía obedece a distintos géneros como el western, el cine de espías, aventura, cine bélico, melodrama y cine negro, situación que lo convierte en un director ecléctico, donde a lo largo de su obra puede observarse la primacía por el contenido social en algunas de sus películas.

Al terminar la película de El testamento del Dr. Mabuse recibió la propuesta de hacerse cargo de la dirección de los Estudios Alemanes UFA, pero la formación ideológica de Lang se oponía al nazismo, así que en 1933 huyó de Alemania y buscó un país donde refugiarse: Francia. Su esposa, que le había ayudado a la elaboración de los guiones durante mucho tiempo, decidió unirse al partido Nazi, motivo por el cual tuvo que abandonarla. Dos años después, sin éxito artístico en las tierras francesas, decide mudarse a Estados Unidos. En este país también encuentra cierta censura que lo hace acoplarse a la demanda de los productores. En 1959 acude a la India para rodar El tigre de Esnapur y La tumba india, un poco después regresa a los Estados Unidos para morir en el año de 1976.

Clásico del cine mudo alemán, Metrópolis denuncia la eterna división de clases en una sociedad del futuro. Primer filme incluido en el Registro de la Memoria del Mundo, seleccionada por la UNESCO como una obra maestra en reconocimiento a sus valores artísticos y humanos. Realizada en el año de 1926 y protagonizada por Alfred Abel (John Fredersen), Gustav Fröhlich (Freder), Rudolf Klein-Rogge (Rotwang) y Brigitte Helm (María), Metrópolis fue rodada en 18 meses con un gran presupuesto (se llegaron utilizar hasta 35,000 individuos para el filme) y una enorme campaña publicitaria. El guión lo elaboró Lang junto con su esposa Thea Von Harbov, quien había realizado ya una novela de donde surge el mismo guión.

La versión original tenía una duración de 205 minutos hasta quedar reducida a la versión restaurada por Friedrich Wilhelm Murnau en 92 minutos. No obstante, fue exhibida con distintos montajes, bandas sonoras y duraciones de la película. Se estrenó el 10 de enero de 1927 y dos meses más tarde en Nueva York en una versión reducida.

Lang continuó con películas sonoras después de haber realizado varias mudas, sin embargo, siempre se consideró alguien con poca formación sonora y ligado a la estética de lo visual, pues para él existió una dificultada para adaptarse al cine sonoro. No obstante, muchos de los cronistas han señalado las innovaciones respecto al sonido en su filmografía y algunos consideran que pecó de modestia al señalar su carencia de sentido musical y sonoro.

Metrópolis es una extraordinaria película que nos sitúa en los terrenos de la ciencia ficción. En un futuro lejano, una ciudad hecha a semejanza de los grandes rascacielos neoyorkinos de la actualidad, pero con una infraestructura interna maquinal, -que en determinadas ocasiones resulta apabullante- es habitada por distintas clases sociales. En las alturas viven los dirigentes, la clase “pensante” que domina y esclaviza a la clase trabajadora: los obreros, ubicados en el subsuelo donde se halla el corazón industrial que mantiene en armonía a la megalópolis. Entre ambas clases se encuentra la casa de un sujeto que bien podría asemejarse al Doctor Caligari de Wiene, se tata del inventor, una especie de “científico loco” perturbado por la creación científica, quien hará todo lo posible por materializar sus invenciones en los deseos más impuros del dirigente de Metrópolis.

Desde el inicio de la narración podemos observar la jerarquización social entre ambas esferas. Los habitantes de las “alturas” viven en la opulencia, aprecian y contemplan la estética de los alrededores: fuentes y jardines donde juegan los muchachos, se dedican al ocio y a la dirección de la ciudad. Los habitantes de “abajo”, en cambio, viven en deplorables condiciones, dedican la mayor parte de su tiempo a las labores de la industria, sus jornadas sobrepasan las diez horas de trabajo, su apariencia, incluso, denota fastidio, cansancio, una monotonía frente al trabajo que los ha vaciado de expectativas. Todos ellos representan a la masa explotada que ha dejado de diferenciarse uno a otro. Vestidos de negro, todos resultan iguales, en cambio, contemplamos la vestimenta del dirigente: saco y corbata, misma que los ayudantes más fieles presentan y a un hijo que resulta rebosante, rubio y con un atuendo blanco que a diferencia de los obreros lo hace brillar.

La arquitectura visual de la escenografía no deja de asombrarnos en su magnanimidad y en su contenido simbólico, y nos recuerda que Lang poseía conocimientos de arquitectura que bien pudo trasladar a la estética de lo visual. Aunque nuestro director es considerado como un representante capital de expresionismo, en esta película se puede dejar de lado los antiguos decorados amorfos que retrataba Wiene en El gabinete del Doctor caligari, para a cambio otorgarnos grandes escenarios arquitectónicos como lo es la ciudad misma, hasta una catedral gótica, la casa de Rotwang (el inventor) asociada más a un laboratorio de un alquimista recubierto por un exterior parco de tipo medieval. Así mismo, los jardines como lugar por excelencia de lo idílico y contemplación, y una zona cavernosa: lugar prohibido y del olvido (donde se encontraban antiguamente las catapultas) y que los obreros llegan a utilizar como lugar de reunión para oír a una lideresa que proclama la paz.

El argumento de la película podría asemejarse a la temática de Tiempos modernos de Charles Chaplin, pero en esta ocasión la estilística para contar a través de imágenes, se presenta desde mi juicio, de forma mayormente feroz. Las imágenes de la masa trabajadora en conjunción con una atmósfera sombría y decadente, exaltan al espectador desde las primeras tomas; la crítica al sistema capitalista es aplastante. El movimiento de las máquinas a grandes velocidades produce vértigo.

John Fredersen es el dirigente de Metrópolis. Desde la comodidad de su oficina monitorea televisivamente a sus subordinados y organiza las labores de la megalópolis. En cierta ocasión, una mujer con una decena de niños arriba a la zona de los dirigentes para presentarlos con Freder (hijo de Fredersen). Éste último despierta la curiosidad por conocer la forma de vida y lo que acontece en las zonas subterráneas de la ciudad y decide descender al lugar, que hasta ese entonces, le era ajeno. Entre las grandes máquinas y miles de hombres presencia un accidente en donde mueren varios obreros. Asustado acude con su padre para exhortarlo a una toma de sensibilidad frente a lo acontecido, pero el padre se manifiesta indiferente. Leemos un diálogo entre Freder y su padre que es el detonante para el desarrollo posterior a la trama: -“¿Pero cómo encajan las manos en tu sistema? ¿Qué harás si algún día se revelan?” En efecto, todo el desarrollo ulterior de la trama dará cuenta de la revelación de los obreros al sistema, pero no por una toma de conciencia social, como estipulaba Marx en la revuelta del proletariado, sino de forma inversa, esto es, por un nuevo sometimiento dentro del mismo sistema ingeniado por Fredersen.

Freder se hace pasar por un obrero para vivir en carne propia lo que padecen “sus hermanos del subsuelo” y descubre la brutal explotación que se padece ante el trabajo realizado. Invitado por sus compañeros a unas clandestinas juntas que llevan a cabo en las cavernas, conoce a María, una joven que acerca a los obreros un discurso de paz idílico y utópico, donde se remite al sueño de la proximidad entre lo que hoy podríamos nombrar como la clase patronal y la obrera. María Narra una historia sobre la construcción de la torre de Babel: sueño milenario por construir una gran torre armónica donde pudiesen convivir miles de hombres. Sin embargo, advierte, aquellos hombres que ingeniaron en sus mentes el proyecto requirieron de millares de hombres para su construcción que fueron dejando en el olvido. Con esta alegoría, María deja ver la necesidad de hacer un pacto entre la clase dominante y los trabajadores; entre el cerebro y las manos, cuyo mediador fehaciente tendrá que ser el corazón.

Metáfora que alude a las teorías superimperialistas enunciadas por Hilferding antes de 1914 y que buscaban la reconciliación de las clases antagónicas; la novela de Thea Von Harbov ya hacía explícita esta intención.

Posterior a la escena de la lideresa María, Freder queda cautivado por su belleza interior y se enamora, pensando que él podrá ser la parte del engranaje que falta, jugando con los términos: “las tuercas del miocardio”. No obstante, Fredersen es advertido de estas reuniones clandestinas tras haber descubierto unos planos de las cavernas en las ropas de los obreros que murieron en el accidente, así que guiado por Rotwang presencia el discurso de María.

Rotwang presenta su último invento a Fredersen, se trata de un androide que en palabras del propio inventor será capaz de sustituir la mano de obra y emular de la forma más perfecta al ser humano, por lo que a la larga se podrá prescindir de éste último. Fredersen le pide al inventor que haga al robot a imagen y semejanza de María, y que a ésta la esconda para mandar a la nueva María a sembrar discordia entre los obreros.

La autómata llamada en la novela de Von Harbou como Parodia o Futura, representa en Metrópolis una dualidad, ya que por un lado, se presenta como una fiel servidora a las órdenes de los gobernantes, y por otro, como una especie de maniquí con extraños movimientos sensuales propios de una prostituta enloquecida. Ésta última descripción conforma una escena de la última secuencia en donde María ha incitado a los obreros a la rebelión, quienes destruyen la maquina principal y la ciudad comienza a inundarse. El capataz convence a los obreros de atrapar a María-robot y en una persecución propia de una cacería de brujas, la amarran a un mástil e inician el fuego, la sorpresa arriba cuando se percatan de que es una autómata.

La última escena viene a cerrar el discurso sobre la reconciliación entre las clases bajas y las dominantes, ya que María reconoce a Freder como el mediador entre su padre y la unión con los obreros. Un final que reafirma la utopía después de la destrucción.

Metropolis nos ofrece una visión del mundo sobre la explotación y la dominación del hombre por el hombre, donde cada sujeto corresponde a un engranaje del funcionamiento del sistema y en donde el control y el poder juegan un papel determinante en la esclavitud y el sometimiento hacia los otros. En última instancia, triunfa el amor entre los seres humanos y la reconciliación utópica guiada no sólo por el entendimiento sino por los sentimientos. El corazón logra reunir a las clases adversas, posterior a la destrucción de la Gran Ciudad.



Cibergrafía:

http://www.miradas.net/2006/n48/estudio/articulo5.html. (2009)

http://www.miradas.net/2006/n48/estudio/articulo3.html. (2009)

http://www.miradas.net/2006/n48/estudio/articulo5.html. (2009)

http://wwww.fandecomix.com/index.php?option=com_contenttask=viewid=272ite

martes, 6 de abril de 2010

Un mundo sin liderazgo II

Las élites políticas, económicas y sociales también se encuentran en una profunda descomposición, ya que están dedicadas a engordar su vanidad, en disfrutar su condición de superiores y a permanecer en la comodidad, en el status quo, pero al igual que el resto de la población se encuentran enajenados y alienados, evitando que puedan convertirse en verdaderos directores de sus pueblos y por lo tanto están inutilizados para hacer aportaciones que trasciendan a los tiempos, es decir somos gobernados por enanos mentales, cortos de mira, lentos de ideas; con una ambición desmedida por el disfrute que puede darles el dinero y el poder.
En los tiempos actuales vivimos lo que mal han llamado la era de la información y digo mal porque es precisamente ahora cuando menos sabemos que es lo que realmente pasa en el mundo, los medios de comunicación pretenden a través de su lectores de noticias (léase comentaristas de radio o televisión, locutores "reporteros" y demás participes de la mass media informativa), quieren decirnos cual es la verdad y que es lo que debemos creer, solo sabemos lo que nos filtran los intereses de las grandes cadenas informativas, que a través de una avalancha de datos, imágenes, repeticiones, frases cortas y contundentes, saturan la mente humana llevándola a un estado de inconsciencia perfecta, instalando al pensamiento en la comodidad mediocre de la placidez intelectual.
Los artistas, cantantes y demás faranduleros también se pretenden erigir como los nuevos líderes y este fenómeno es aún mas trágico ya que ahora lo superfluo y banal dicta hacia donde debemos de dirigirnos, ciegos que guían a otros ciegos, sin lugar a dudas el precipicio esta próximo.
Falta por señalar a las "estrellas" del deporte especialmente las del fútbol soccer que, se vuelven ídolos de las poblaciones pauperizadas que ven en estos nuevos dioses con pies de arcilla, una imagen de éxito que nunca tendrán ellos. Es por demás hablar de la mediocridad del fútbol en México, pero si es relevante señalar que si los nuevos aspirantes a líderes de las masas son las "estrellas" del deporte y de la televisión que, por cierto reciben pagos exorbitantes con relación a lo que gana una persona que se dedique a otra actividad, deberían entonces de tener mas compromiso y calidad por lo menos es los ámbitos que se desenvuelven, pero no es así, nuevamente la tendencia hacia lo fácil, falto de ingenio, a los hechos grotescos y patéticos vuelven a manifestarse, a fin de cuentas ellos solo son un reflejo de lo que la generalidad es.

domingo, 4 de abril de 2010

Ingeniería su método y su vinculo social

La tecnología tiene una vinculación con la ciencia, ya que como sabemos la tecnología es ciencia aplicada. La tecnología se encentra marcada por el cientificismo, no obstante descuida el elemento material al que con frecuencia se hace referencia al hablar de la tecnología; también hace énfasis en que la clave del desarrollo tecnológico se da a partir dela actividad científica. Aquí se da por echo que en el curso de la ciencia, la misma hace posible la mejora de nuestras condiciones materiales de vida, ya que sólo asé se alcanza un bienestar pues en la medida en que hay mas ciencia hay más tecnoligia, por lo que también habría mas riqueza y por lo tanto un aumento en el bienestar.

De esta manera es posible afirmar que gracias a la tecnología se transmite conocimiento científico el cal conlleva a una mejora social sí y sólo sí la ciencia tenga un carácter autónomo en su desarrollo. El principio de autonomía científico-tecnológica haría dependiente todo cambio social.
La tecnología es un factor de cambio que en numerosas ocasiones ha modificado también los conceptos científicos, cuando no utiliza los propios de la ingeniería. La tecnología es capaz de realizar aportaciones conceptuales a problemas de los que la ciencia no se ocupa, empero la tecnología nos hace énfasis en que el conocimiento guarda cierta especificidad respecto de la ciencia. Mario Bunge considera que el conocimiento tecnológico comprende una especificidad que la distingue de la ciencia, pues la tecnología involucra habilidades técnicas, máximas técnicas, leyes descriptivas, reglas y por ende teorías tecnológicas.

La tecnología guarda una estrecha relación con la ciencia, no obstante hemos de entender a ambas como dos subculturas simétricamente interdependientes, es por ello que la ingeniería es el punto de encentro entre ciencia y tecnología, ya que teoría y praxis.

La ingeniería en este sentido es capaz de aplicar un método científico mismo que se centra en el diseño tecnológico. Incluso podemos decir que el método de la ingeniería se basa en el diseño tecnológico aunque también hay que señalar como lo dice Vaughn que el método de la ingeniería consiste en la estrategia capaz de casar el mejor cambio posible en na situación incierta o pobremente estudiada.

La estrategia de a la que refiere Vaughn es una estrategia heurística, es decir, que hace uso de cualquier cosa que provea una ayuda o dirección confiable en la solución de un problema, dicha ayuda se usa para guiar, descubrir y divulgar. La ingeniería en lugar de buscar una respuesta a un problema, como lo hace el científico, hace uso de los heurismos, ya que los mismos se construyen bajo la noción pragmática del tiempo-trabajo y en todos los casos teniendo en cuenta los contextos de aplicación.

El método propuesto implica algo más, lo que se busca es el mejor cambio posible en una situación incierta o pobremente estudiada, y este “mejor”, en tanto valoración nos lleva a la esfera de la comprensión social para que sea congruente con los valores de una sociedad. Al igual que la concepción artefactual de la tecnología, se puede llegar a considerar que la tecnología es autónoma e inevitable y por lo tanto es el determinismo tecnológico el que explica dicha relación.

sábado, 27 de marzo de 2010

RESISTENCIA

Estimados alumnos, hemos hablado en clase de las posibilidades de asumir a la tecnociencia desde una visión que escape al pargmatismo, es decir, desde lo que la filosofía ha nombrado como utilitarismo, me refiero, por supuesto, al hecho de llevar el bienestar social a la mayoría de la sociedad. Por lo tanto, después de un desolado panorama sobre las perspectivas de la relación tecnociencia-poder y la posibilidad de escapar a ese binomio cuasiindisoluble, sólo me resta dar escritura a un poema que se inauguró ante la desolación de ser presa del sistema y que comparto con ustedes para cuando estén inmersos en el sistema laboral:

Dice así:
Resistir  para despertar a los otros del "sueño dogmático"
Resistir con la fuerza de la palabra,
con la mirada del guerrero.
Resistir con el conocimiento,
con la garganta,
con el cuerpo.
Resistencia; ¡No más revolución!

Resistir a la adversidad como el vuelo libre de los pájaros...

Yelenia Cuervo Moreno

jueves, 25 de marzo de 2010

Las 10 reglas de la Oratoria y el Orador

Estimados amigos:
En esta ocasión presento mis diez reglas de la Oratoria y del orador, no creo en las recetas de cocina, pero creo que las siguientes reglas pueden ayudar a los que deseen dominar lo secretos de la Oratoria, pero no de la que se practica en los concursos, sino de aquella que sirve para la vida real, sin demeritar en lo absoluto a los que participan en dichos certámenes. Las presentes reglas aparecen en mi libro Breve Tratado de Oratoria, espero que sean benévolas con ellas.

Las 10 Reglas de la Oratoria y del Orador

1. Un orador es un buen lector, las palabras son su alimento, el gusto por la lectura es una condición indispensable en él.

2. La Oratoria se aprende en la práctica constante, cotidiana, con disciplina, método y orden.

3. Un orador lo es, hasta que los demás lo califican como tal.

4. La Oratoria se basa en el trivium escolástico: lógica, retórica y gramática.

5. Un orador no sólo utiliza su voz para comunicar, también transmite con todo su cuerpo en perfecta armonía y sincronía.

6. La Oratoria y sus técnicas son siempre iguales, las circunstancias para usarlas son diversas.

7. Un orador se viste siempre apropiadamente para la ocasión.

8. La Oratoria es un medio, no un fin en sí mismo.

9. Un orador se reconoce en la improvisación, pero esta en realidad nunca existe.

10. La Oratoria es belleza y elegancia, pero también sencillez y sobriedad

martes, 23 de marzo de 2010

Condición Postmoderna

La Condición Postmoderna

Unas ganas locas de gritar. El grito sube y se instala en nuestras gargantas
Y nos cuesta trabajo contenerlo y finalmente estalla


El saber se encuentra en un constante movimiento, cambia de estatuto al mismo tiempo que la sociedad en su conjunto entra a una edad postindustrial y por tanto las culturas llegan a una edad llamada postmoderna, partiendo de este contexto de cambios llegamos a una diacronía general, que obstruye la visión de conjunto. Una parte de las descripciones no puede dejar la conjetura y por esta razón es imprudente otorgar a la futurologia un crédito que no merece, es decir, un crédito excesivo.

Más que de trazar debemos partir de una característica la cual determine de manera izo facta nuestro objeto, dicho objeto es el saber, el saber científico como una clase de discurso, pues la ciencia en la actualidad se apoya en el lenguaje, esto no es otra cosa que, la fonología y las teorías lingüísticas y sus derivaciones, por lo que se llega al punto de encontrar problemas como lo es el caso de la comunicación y la cibernética.

“La incidencia de esas transformaciones tecnológicas sobre el saber parece que debe ser considerable. El saber se encuentra o se encontrará afectado en dos principales funciones: la investigación y la transmisión de conocimientos”[1]

La investigación es un ejemplo accesible a lo profano que nos proporciona la genética, la cual debe su paradigma teórico a la cibernética; la transmisión de conocimientos esta vinculada al hecho de normalizar, miniaturizar y comercializar los aparatos, estos, se modifican en operaciones de adquisición, clasificación, posibilidad de disposición y de explotación de conocimientos tal y como lo desarrolla J.M Trielle: “ No se habla bastante de las nuevas posibilidades de diseminación de la memoria, en particular gracias a los semiconductores y a los lasers (...) Cada uno podrá muy pronto almacenar a bajo precio la información donde quiera y disponer de un aumento de la capacidad de tratamiento autónomo”[2].

Pensar de esta manera nos lleva a pensar sobre la multiplicación de las maquinas y como las mismas afectan a la circulación del conocimiento. En la transformación del saber estamos ante una naturaleza del saber que no queda intacta, el saber no puede pasar por nuevos canales para posteriormente convertirse en un saber de forma operativa, a no ser que el conocimiento como tal, pueda traducirse en cantidades de información, se debe establecer, la previsión de que todo lo que en el saber constituido no es traducible de ese modo será dejado de lado, y de así la orientación de las nuevas investigaciones quedará subordinada a la condición de la traducibilidad de los resultados de un lenguaje basado en las maquinas. Es decir, los productores del saber, de la misma manera que los usuarios, deberán poseer los medios para traducir dicho lenguaje.

“Con la hegemonía de la informática, se impone cierta lógica y, por tanto, un conjunto de prescripciones que se refieren a los enunciados aceptados como “de Saber”[3]. Se puede esperar una potente exteriorización del saber con respecto al sabiente, en cualquier punto en que este se encuentre en el proceso de conocimiento. El antiguo principio de que la adquisición del saber es indisociable de la formación del espíritu, cae en desuso.

Así pues el saber será producido como mera mercancía, será producido para ser vendido y será consumido para ser valorado en una nueva producción, la cual consiste en ser cambiado, el saber deja de ser en sí mismo su propio fin y pierde su valor de uso.

El saber aquí se ha convertido en la principal fuerza de producción, convirtiendo el saber en la base de la producción y la riqueza con base a la inteligencia y la dominación de la naturaleza en la existencia del hombre en tanto que este es un cuerpo social, esto ha modificado la composición de las poblaciones activas de los países mas desarrollados, y esto constituye el principal filtro para los países en vías de desarrollo.

Así tenemos que, en la edad postindustrial y postmodernas, la ciencia conservara y reforzara mas aun su importancia en la batería de las capacidades productivas de los Estados – naciones, esta situación nos lleva a pensar en la separación existente respecto a los países en vías de desarrollo, dicho aspecto, no debe hacer olvidar otro, en el cual el saber es un envite mayor en la competición mundial por el poder, de esta manera se abre un campo para las estrategias industriales y comerciales y para las estrategias militares y políticas.

La perspectiva así aislada no es tan simple como se acaba de expresar, pues la mercantilización del saber no podrá dejar intacto el privilegio que los Estados – naciones modernos detentan aun en lo concerniente a la producción y difusión de conocimientos. La idea de que éstos parten de ese cerebro o de esa mente de la sociedad que es el Estado se volverá caduca en mediada en que se refuerce el principio inverso en el cual la sociedad no existe y no progresa más que si los mensajes que circulan son ricos en informaciones y fáciles de descodificar. De esta manera el Estado comienza a ser un factor de opacidad y ruido para una ideología de la transparencia comunicacional, la cual va a la par con la comercialización de saberes.

“La transformación de la naturaleza del saber puede, por tanto, tener sobre los poderes públicos establecidos un efecto de reciprocidad tal que los obligue a considerar sus relaciones de hecho y de derecho con respecto a las grandes empresas y mas en general con la sociedad civil”.[4]

Estamos llegan al punto en que los conocimientos en lugar de ser difundidos en virtud de su valor formativo son puestos en circulación según las mismas redes que la moneda, y que la separación pertinente a ello deje de ser saber/ignorancia para convertirse en conocimientos tanto de pago como de inversión, por lo tanto llegan a ser conocimientos de intercambio en el marco del mantenimiento de la vida cotidiana.

El problema: La legitimación.

Partiendo de la informatización de la sociedad, la hipótesis que plante la cuestión del estatuto del saber no tiene la pretensión de ser original, ni siquiera de ser verdadero, la hipótesis como tal nos implica una capacidad discriminadora. El planteamiento de la información de las sociedades mas desarrolladas permite sacar a plena luz ciertos aspectos de la transformación del saber y sus efectos sobre los poderes públicos y sobre las instituciones civiles, efectos que resultarían poco perceptibles desde otras perspectivas. No es preciso concederle un valor estrictamente provisional con respecto a la realidad, sino estratégico con respecto a la cuestión planteada.

“Con todo, su credibilidad es considerable, y en este sentido la elección de esta hipótesis no es arbitraria. Su descripción ya ha sido ampliamente elaborada por los expertos, y dirige ya ciertas decisiones de la administración pública y de las empresas más directamente implicadas”.[5]

Podemos hablar de una hipótesis banal en el sentido de que ésta no pone en tela de juicio el paradigma general del proceso de las ciencias y de las técnicas, al cual parecen servir de eco totalmente natural el merecimiento económico y el desarrollo del poder sociopolítico. Es visto como evidente que el saber científico y técnico son acumulables, lo que se discute después de esto es, la forma misma de la acumulación, unos la imaginan regular, continua y de forma unánime, otros periódica, discontinua y conflictiva.

Los axiomas que acabamos de desarrollar aunque contundentes son engañosos, pues, el saber científico no es todo el saber, este se ha encontrado en excedencia, en competencia, en conflicto con otro tipo de saber, el cual es narrativo, si bien es narrativo, no se pude decir que este pueda imponerse, aunque su modelo se encuentre ligado a ideas de equilibrio interior, así como de convivialidad, en comparación con las cuales el saber científico contemporáneo queda descolorido.

Un segundo axioma es aquel que interfiere con el problema esencial, este axioma es la legitimación, la legitimación debe ser vista como el proceso por el cual un legislador que se ocupa del discurso científico esta autorizado a prescribir las condiciones convenidas para que un enunciado forme parte de ese discurso, y pueda ser tenido en cuenta por la comunidad científica. La cuestión de la legitimación se encuentra indisolublemente relacionada con la legitimación del legislador. Desde este punto de vista, el derecho a decidir lo que es verdadero no es independiente del derecho a decidir sobre lo que es justo.

Ante esto nos encontramos en un hermanamiento entre la ciencia vista como lenguaje y la ética y política también vista como lenguaje, uno y otro proceden de una perspectiva o si se prefiere de una misma elección y esta se llama Occidente.

“Examinando el actual estatuto del saber científico, se constata que incluso cuando este ultimo parecía más subordinado que nunca a las potencias, y con nuevas tecnologías se expone a convertirse en uno de los principales elementos de sus conflictos, la cuestión de la doble legitimación, lejos de difuminarse, no puede dejar de plantearse con mayor intensidad”[6]

Hoy el saber y el poder son las dos caras de una misma cuestión, una cuestión en la cual, el saber en la edad de la informática es más que nunca la cuestión del gobierno.

El método:
Los juegos de lenguaje

“Ya se habrá apreciado por lo que procede que, al analizar ese problema en el marco que hemos determinado, hemos preferido un procedimiento: el poner el acento sobre los pactos de habla, y dentro de esos actos, sobre su aspecto pragmático”[7]. Esto se hace con el objeto de facilitar la continuación de la lectura, es útil realizar un resumen, incluso sumario, de lo que entendemos por ese termino.

En enunciado denotativo el destinador se encuentra expuesto por el enunciado en la posición de sabiente, el destinatario queda en posición de tener que dar o negar su asentamiento, y el referente también queda comprendido en una de las maneras propias de los donativos, como algo que exige ser correctamente identificado y expresado en el enunciado al que se refiere.

En un enunciado es necesario que la significación se comprenda, pero ésa es una condición general de la comunicación que no permite distinguir los enunciados o sus efectos inmediatos. El enunciado preformativo tiene la particularidad de que su efecto sobre el referente coincide con su enunciación. El destinador debe de tener una autoridad para pronunciarse.

Los enunciados prescriptitos son modulados en ordenes, mantenimientos, instrucciones, recomendaciones, peticiones, suplicas, ruegos, etc. Se ve que el destinador esta aquí sustituido en posición de autoridad, en el amplio sentido del término, es decir, que espera del destinatario la efectividad de la acción referida.

“Diferente es la eficacia de una interrogación, de una promesa, de una descripción literaria, de una narración etc.”.[8]

Cada una de las categorías de enunciados debe poder ser determinada por reglas las cuales especifiquen sus propiedades y el uso de ellas, esto es el juego del lenguaje, los juegos del lenguaje en sus reglas no tienen su legitimación en ellas mismas, sino que forman parte de un contrato explicito o no entre los jugadores. así mismo y por lógica, si no hay reglas no hay juego, es decir, que una modificación incluso mínima de una regla cambia la naturaleza del juego, la tercera observación, es que todo enunciado debe ser considerado como una jugada hecha en juego, esto nos lleva a admitir que hablar es combatir, en el sentido de jugar, y que los actos del lenguaje se derivan de una agonística general.

Esto no quiere decir que se juegue para ganar, la invención continua de giros, de palabras y de sentidos que en el plano del habla procurara grandes alegrías. La idea de una agnóstica del lenguaje no oculta el segundo principio que es complemento suyo y que rige nuestro análisis: “el lazo social está hecho de “jugadas” de lenguaje. Elucidando esta proposición, entramos de lleno al tema”.[9]

La naturaleza del lazo social:
La alternativa moderna

Cuando hablamos del saber en la sociedad actual se debe decidir la representación metódica que se hace de esta ultima. Esta representación se ha dividido en principio entre dos modelos, como una sociedad formada en un todo funcional, la sociedad pude ser vista en un modelo que parte de la posguerra y de su escuela influenciada por Parsons, la otra forma de partir se sustenta en la corriente marxista. Dicha división proviene del siglo XIX.

Durante el siglo XIX la idea de que la sociedad forma un todo orgánico, a falta del cual deja de ser sociedad, dominaba el espíritu de los fundadores de la escuela francesa; se precisa con el funcionalismo; toma otra dirección cuando Parsons en los años 50 asimila la sociedad a un sistema auto – regulado. “El modelo teórico e incluso material ya no es el organismo vivo, lo proporciona la cibernética que multiplica sus aplicaciones durante y al final de la segunda guerra”.[10]

En Parsons el principio del sistema se movía en la lógica optimista, es decir, la que corresponde a la estabilización de las economías de crecimiento y de las sociedades de la abundancia. En los teóricos alemanes de hoy la tecnocracia es cínica, desesperada, la armonía de las necesidades y las esperanzas de individuos o grupos con las funciones que asegura el sistema sólo es un componente adjunto de su funcionamiento, la fiabilidad del sistema es la optimización de la relación global de los inputs y los outputs.

Cuando las reglas cambian y se producen innovaciones no es otra cosa que los reajustes internos y su resultado solo puede estar encaminado hacia la mejora de la vida del sistema, la única alternativa que existe rumbo a ese perfeccionamiento esta en la decadencia.

Mas halla del inmenso cambio que va del pensamiento de Comte a Luhman, se ve una idea similar de lo social, en la medida en que la sociedad es una totalidad unida, una unicidad, en este sentido Parsons formula una condición mas decisiva y determinante para que en un análisis dinámico sea valido, es que cada problema se refiera de forma continua y sistemática al estado del sistema considerado como un todo, estamos hablando de un proceso que contribuye al mantenimiento del sistema.

La idea anterior es también característica de los tecnócratas. De ahí su credibilidad: al contar con los medios para hacerse realidad, esa credibilidad cuenta con los de administrar sus pruebas, es decir la paranoia de la razón en palabras de Horkheimer.

No todo puede considerarse paranoico, mucho menos el realismo de la auto – regulación sistémica, así como el círculo perfectamente cerrado de los hechos y las interpretaciones, mas que a una condición de disponer o de pretender disponer de un observatorio que por principio escape a su atracción.

Si la teoría tradicional se encuentra bajo la amenaza de ser incorporada a la programación de lo que se llama el todo social se debe a que su deseo de una verdad unitaria y totalizadora se presta a la práctica unitaria y totalizadora de los gerentes del sistema. Hemos llegado al punto en que la teoría critica debe encontrase en perfecta disposición de escapar a ese destino, pues se apoya en el dualismo de principio y desconfía de síntesis.

En la influencia marxista, este modelo nace con las luchas que acompañan el asedio de las sociedades civiles tradicionales por el capitalismo, en este modelo no se pueden seguir sus peripecias en la historia social, política e ideológica de mas de un siglo, en este modelo nos referimos al balance que se puede realizar, pues el destino que le ha correspondido es conocido, en los países de gestión liberal, la transformación de esas luchas y sus órganos son vistos como reguladores del sistema.
El modelo critico se ha mantenido, pero no puede ocultar que la base social de principio de la división, es decir, las luchas de clases, se difumino hasta el punto en que se perdió toda radicalidad, encontrándose finalmente expuesto al peligro de perder una cierta estabilidad teórica y reducirse a una mera utopía, así como a una esperanza.

De esta manera vemos que no se puede saber a ciencia cierta que es el saber, cuales son los problemas que encaran su desarrollo y su difusión, sino sabemos nada de la sociedad donde el saber aparece. Incluso hoy estamos ante la incógnita de saber algo sobre la sociedad, estamos ante una serie de interrogantes, como lo seria en un principio el elegir la manera de interrogar, que es también la manera de que la sociedad proporcione respuestas. así pues, “no se puede decidir que el papel fundamental del saber es ser un elemento indispensable del funcionamiento de la sociedad y obrar en consecuencia adecuadamente, más que si se ha decidido que se trata de una maquina enorme”.[11]

La alternativa parece clara, homogeneidad o dualidad intrínsecas de lo social, funcionalismo o criticismo del saber, pero la decisión parece difícil de tomar, o arbitraria. El hombre se encuentra tentado a escapar a dicha alternativa distinguiendo dos tipos de saber, uno positivista, el cual se encuentra fácilmente explicado en las técnicas relativas a los hombres y a los materiales y que en ese mismo momento se dispone a convertirse en una fuerza productiva indispensable al sistema. El otro dispositivo lo constituye lo crítico o lo reflexivo que al interrogarse directamente sobre los valores o los objetivos, obstaculiza toda recuperación.

La Naturaleza del lazo social:
La perspectiva postmoderna

Hasta aquí no hemos llegado a una solución dual, mas bien, planteamos que la alternativa que trata de resolver ha dejado de ser pertinente en lo que se refiere a las sociedades que nos interesan y todavía no pertenece a un pensamiento por oposiciones que no corresponde a los modos mas vivos del saber postmoderno.

El repunte económico ayudado por la mutación de técnicas y tecnologías, marcha a la par con un cambio de función de los Estados, estamos pues ante un punto en que las funciones de regulación y de reproducción, se les quitan y se les quitaran mas y mas a los administradores y serán confiados a autómatas. “la cuestión principal se convierte y se convertirá más aún en poder disponer de las informaciones que estos últimos deberán tener memorizadas con el objeto de que se tomen las decisiones adecuadas. La disposición de las informaciones es y será más competencia de expertos de todos los tipos. La clase dirigente es y será cada vez más la de los decididotes. Deja de estar cor la clase política tradicional, para pasar a ser una base formada por jefes de empresa, altos funcionarios, dirigentes de los grandes organismos profesionales, sindicales, políticos, confesionales”.[12]

Estamos ante una descomposición, estamos pues, ante una disolución del lazo social y el paso de las colectividades sociales al estado de una masa compuesta de átomos individuales lanzados a un absurdo movimiento browniano. Lo que no es más que una simple visión ciega por la representación paradisíaca de una sociedad orgánica perdida.

El si mismo es poco, pero no se encuentra aislado, esta atrapado en un cañamazo de relaciones más complejas y móviles que nuca. El hombre se encuentra situado sobre nudos de circuitos de comunicación por pequeños que sean. “es preferible decir: situado en puntos por los que pasan mensajes de naturaleza diversa. Nunca está ni siquiera el mas desfavorecido, desprovisto de poder sobre esos mensajes que le atraviesan al situarlo sea en la posición de destinador, o de destinatario, o de referente”.[13]

Esto se debe a que el desplazamiento con respecto a los efectos del juego del lenguaje es tolerable en ciertos limites y hasta es suscitado por las reglas y sobre todo por los reajustes con los que el sistema se provee con el fin de mejorar sus actuaciones.
así mismo, se puede decir, que el sistema puede y debe estimular dichos desplazamiento en tanto que lucha con su entropía, y que una novedad pueda proporcionarle al sistema ese suplemento de performatividad que no deja de exigir y de consumir. No toda relación social es de este orden, sino que los juegos del lenguaje son el requisito mínimo de relación para que haya una sociedad.

Desde su nacimiento, el ser humano se encuentra situado con referencia a la historia que cuenta su ambiente y con respecto a la cual tendrá posteriormente que conducirse. O mas sencillamente, la cuestión del lazo social es un juego del lenguaje, el de la interrogación, que sitúa inmediatamente aquel que la plantea, a aquel a quien se dirige, y al referente que interroga, la cuestión no es otra cosa que el lazo social.

En una sociedad donde el componente de la comunicación se hace evidente día a día tanto como realidad y problema, es seguro que el aspecto lingüístico adquiera una nueva importancia y sea superficial el hecho de reducirlo a la alternativa tradicional de la palabra manipuladora o de la transmisión unilateral de mensajes por un lado, o bien de la libre expresión o del dialogo por el otro.

Una institución siempre difiere de una discusión en la que se requiere limitaciones suplementarias para que los enunciados sean declarados admisibles en su seno. Estas limitaciones privilegian a determinadas clases de enunciados al tiempo que operan como filtros sobre la autoridad del discurso, de ahí que el predominio caracterice el discurso de la institución. La burocratización es el limite extremo de esta tendencia.

Pragmática del saber narrativo.

Partamos de que la idea del saber no es ciencia o la ciencia misma y la ciencia esta muy lejos de poder ocultar su problema de legitimidad. La naturaleza del saber narrativo nos permitirá distinguir ciertas características de la forma que reviste el saber científico en la sociedad contemporánea; así mismo ayudara a comprender como plantearnos hoy la cuestión de la legitimidad.

“El saber en general no se reduce a la ciencia, ni siquiera al conocimiento. El conocimiento seria el conjunto de los enunciados que denotan o describen objetos”[14]. Entendamos pues que la ciencia es un subconjunto de conocimientos, la ciencia esta hecha de enunciados denotativos e impondrá dos condiciones suplementaras para su aceptabilidad, el primero de ellos es que los objetos a los que se refieren sean accesibles de modo recurrente y, por tanto, en las condiciones de observación explicitas; que se pueda decidir si cada uno de esos enunciados pertenece o no pertenece al lenguaje considerado como pertinente por los expertos.

No obstante con el termino saber no se comprende solamente, ni mucho menos, un conjunto de enunciados denotativos, se mezclan en él las ideas de saber hacer, saber vivir, saber oír, de lo que se trata es de unas competencias que exceden la determinación y la aplicación del único criterio de verdad, y que comprenden a los criterios de eficiencia.

De esta manera podemos decir que el saber es lo que hace que cada uno capaz de emitir buenos enunciados denotativos, y también buenos enunciados denotativos y también buenos enunciados prescriptivos, buenos enunciados valorativos.

Unos y otros se ven como buenos debido a que son conformes a los criterios pertinentes admitidos en el medio constituido por los interlocutores del sabiente. Los primeros filósofos han llamado opinión a ese modo de legitimación de enunciados.

“El consenso permite circunscribir tal saber y diferenciar al que sabe del que no sabe, esto, es lo que constituye la cultura de un pueblo”[15]

Los puestos narrativos se distribuyen de manera tal que el derecho de ocupar uno, el de destinador, se funda sobre el doble hecho de haber ocupado el otro, el de destinatario, y el haber sido, por el nombre que lleva, ya contado un relato, es decir, situado en posición de referente dialéctico de otras ocurrencias narrativas.

El saber también determina de golpe lo que hay que decir para ser escuchado y lo que se debe escuchar para poder hablar y lo que hay que jugar, es decir el rol, para poder ser un objeto de un relato. La forma narrativa obedece a un ritmo, es la síntesis de un metro que hace latir el tiempo en periodos regulares y de un acento que modifica la longitud o la amplitud de algunos de ellos.

La pragmática del saber científico

La pragmática del saber científico tal y como se desprende de la concepción clásica del saber, debemos distinguir dentro de esta pragmática el juego de la investigación y la enseñanza. Sea verdadera o falsa, la proposición constituye un grupo de tensiones, las cuales se ejercen sobre cada uno de los puestos pragmáticos que ella misma pone en juego entre el destinador, destinatario y referente. “esas tensiones son una especie de prescripciones que regulan la aceptabilidad del enunciado en tanto que de ciencia”[16].

En primer instancia el destinador supone que dice la verdad a propósito del referente, así mismo se supone capaz de proporcionar pruebas contundentes de lo que dice y por otra parte tiene la capacidad de refutar todo enunciado contrario o contradictorio a propósito del mismo referente.

El destinatario puede dar validez a argumento o negarlo, esto implica que el destinatario como tal es un destinador potencial, puesto que cuando formule su asentamiento o discrepancia, estará sometido a la máxima doble exigencia de demostrar o refutar que el destinador actual.

En este sentido podemos suponer que el destinatario tiene en potencia las características que el destinador posee, pero no se sabrá esto, hasta el momento en que el destinatario se vuelva destinador.

Pasemos ahora al referente donde se da la demostración de los enunciados, donde se puede discernir sobre lo que es verdadero y lo que es falso, es en este punto donde se d el debate de los compañeros de juego, destinado y destinatario, estamos pues en el horizonte del consenso. “Todo consenso no es indicio de verdad: pero se supone que la verdad de un enunciado no puede dejar de suscitar el consenso”[17].

Esto supone que la investigación apela a la enseñanza como a su complemento necesario, pues el científico, necesita un destinatario que pueda ser a su vez un destinador, es decir, un compañero, pues si esto no es posible, no se podrá tener una verificación de su enunciado., pues no existe un debate contradictorio. “no solo es la verdad de su enunciado sino su propia competencia lo que está en juego en ese debate; pues la competencia nunca adquirida dependen de que el enunciado propuesto sea o no considerado a discutir en una secuencia de argumentaciones y refutaciones entre iguales”[18].

La verdad de enunciado mismo y la competencia del que no anuncia depende del asentamiento de la colectividad de iguales en competencia, por lo tanto es necesario formar iguales, es decir, la práctica hace al maestro.

Si se compara esta pragmática con la del saber narrativo se apreciaran las siguientes propiedades:

El saber científico exige el aislamiento de un juego de lenguaje, el denotativo; y la exclusión de los demás. El criterio de aceptabilidad de un enunciado es su valor de verdad, lo que quiere decir que, se encuentran dos tipos de enunciados, la interrogación y la prescripción, pero estos enunciados son tan solo una bisagras de la argumentación dialéctica; esta debe llevar a un enunciado denotativo.

El saber se encuentra aislado de los demás juegos de lenguaje cuya combinación forma el lazo social. Ya no es un componente inmediato y compartido como lo es el saber narrativo. Es más bien, un componente indirecto, y de esta forma se convierte en una profesión, la cual da lugar a instituciones.

En el seno del juego de la investigación, la competencia requerida se refiere solo al puesto del enunciador, el enunciador no tiene una competencia particular en cuanto destinatario y mucho menos tiene competencia como referente, no hay aquí como ocurre en la narrativa, un saber ser lo que el saber dice que es.

Un enunciado de ciencia no tiene validez de lo que informa, no se enseña más que si es verificable por medio de la argumentación y el experimento, en sí nunca esta salvo de una falsificación., por lo que el saber acumulado en enunciados aceptados anteriormente siempre puede ser desechado.

El juego de la ciencia implica una temporalidad diacrónica, es decir, una memoria y un proyecto.

Estas propiedades nos demuestran que no se puede considerar la existencia ni el valor de lo narrativo partiendo de lo científico ni viceversa., la mentarse de la perdida del sentido en la postmodernidad consiste en dolerse porque el saber ya no es principalmente narrativo.

“El científico se interroga sobre la validez de los enunciados narrativo y constata que estos nunca esta sometidos a la argumentación y a la prueba. Se clasifican en otra mentalidad, quizá salvaje o primitiva, subdesarrollada o trazada, formada por opiniones, costumbres, ideología. Los relatos sin fábulas, mitos, leyendas, buenas para las mujeres y los niños.

La Función Narrativa
y la legitimación del saber

El problema de la legitimación ya no es considerado un fallo del juego del lenguaje de la ciencia, es mas se puede decir que el problema esta legitimado en si mismo, antes de llegar al positivismo, el saber científico ha buscado otras soluciones, pero estas no han podido evitar el tener que recurrir a procedimientos que se refieren al saber narrativo

La reiteración de lo narrativo en lo no narrativo no debe considerarse como superada o acabada de una vez por todas. “no queda pues, excluido que el recurso a lo narrativo sea inevitable; al menos cuando el juego del lenguaje de la ciencia busque la verdad de sus enunciados y no pueda legitimarla por sus propios medios”[19]. En este caso será necesario reconocer una necesidad de historia irreducible, debiendo esta incluirse, del modo que la hemos trazado, no como un deseo o anhelo de recordar y de proyectar, sino, más bien, como una necesidad de olvido.

Debemos mantener en la mente la idea de que las soluciones aparentemente en desuso que han podido ser dadas al problema de la legitimación no lo son en principio y por eso no debemos de extrañarnos que al verlas hoy persistir bajo otras formas.

El juego del lenguaje desde sus principios, plantea un problema sobre su propia legitimidad dada su naturaleza científica, también debe formar parte de las cuestiones que se plantean en el dialogo. Retomando un poco a Platón nos encontramos con un ejemplo por demás conocido sobre un esfuerzo de legitimación proporcionada por las armas de la narración, estamos hablando en este caso de los libros VI y VII de la república, donde se cuenta como y porque los hombres quieren relatos y no reconocen el saber.

El saber científico no puede saber y hacer saber lo que es el verdadero saber sin recurrir al otro saber, el relato, que para él es el no saber, a falta del cual esta obligado a presuponer por sí mismo y cae así en lo que condena, la petición de principio y en el prejuicio.

Este modo tan peculiar de interrogar la legitimidad sociopolítica se combina con la nueva actitud científica, donde, el héroe es el pueblo, es decir, el signo de legitimación se da por el consenso, siendo este su modo normativo de liberación, en este momento, encontramos que la idea de progreso resulta indefectiblemente de esto, pues, no representa mas que el movimiento por el cual el saber se supone que se acumula, pero este movimiento se extiende al nuevo sujeto socio – político.

“el pueblo está en debate consigo mismo acerca de lo que es justo e injusto de la misma manera que la comunidad de ilustrados sobre lo que es verdadero o falso; acumula las leyes civiles como acumula las leyes científicas, perfecciona las reglas de su consenso por disposiciones constitucionales cuando las revisa a la luz de sus conocimientos produciendo nuevos paradigmas”[20].

Por lo tanto encontramos que la cuestión del Estado se encuentra estrechamente superpuesta con la del saber científico, pero esta no es tan simple, pues, el pueblo como nación e incluso como humanidad, no se contenta con conocer, el pueblo legisla, es decir, forma sus peticiones que tienen valor de normas, ejerce su competencia no solo en cuestiones de enunciados prescriptitos que tengan pretensión de justicia, tal es, la propiedad del saber narrativo de donde su concepto nace, el contener las riendas de una y otra competencia, sin hablar del resto.

Los relatos de la legitimación
Del saber

Los relatos de la legitimación del saber se encuentran en dos versiones una política y otra filosófica.

La versión política tiene por sujeto a la humanidad como héroe de la libertad. Todos los pueblos tienen derecho a la ciencia. Si el sujeto social ya no es sujeto del saber científico, se debe a que los sacerdotes y los tiranos lo impiden. El derecho a la ciencia debe ser reconquistado. Es comprensible que ese relato imponga más una política de la enseñanza primaria que de la Universidad y las Escuelas. Es de cuidar que el Estado, dentro de las perspectivas del relato de las libertades, no recibe su legitimidad de sí mismo, sino del pueblo.

El relato filosófico, tiene una relación entre la ciencia, la nación y el Estado dando lugar a una elaboración complementaria diferente, la ciencia obedece a sus propias reglas, la institución científica vive y se renueva sin cesar, esta en constante movimiento, sin ninguna limitación ni finalidad determinada, aquí se dan una serie de enunciados de los que no se espera que sean verdaderos, sino justos y que no dependen mas que el ultimo saber científico. No solamente mediante la adquisición de conocimientos por los individuos, sino en la formación de un sujeto plenamente legitimado del saber y de la sociedad.

El sujeto del saber no es el pueblo, es el espíritu especulativo, no se encara en un Estado, sino en un Sistema, el juego del lenguaje de legitimación no es político – estatal, sino filosófico. La especulación es el nombre que aquí lleva el discurso sobre la legitimación del saber científico. “La filosofía de restituir la unidad de los conocimientos dispersos en ciencias particulares en los laboratorios y en las enseñanzas pre – universitarias; solo puede hacer en un juego de lenguaje que los enlaza unos a otros como momentos en el que el devenir del espíritu”[21]

El Estado – nación en si mismo solo puede expresar validamente al pueblo por medio del saber especulativo, no se justifica la investigación y la difusión de conocimientos por un principio de uso. No se piensa en absoluto que la ciencia deba servir a los intereses del Estado o de la sociedad civil. Lo que sucede aquí es que se desatiende el principio humanista en el cual la humanidad se educa con dignidad y libertad por medio del saber, este saber encuentra en principio su legitimidad en si mismo y es este saber el que puede decir lo que es el Estado y lo que es la sociedad.

Los enunciados son tomados como autónomos de si mismos y se encuentran situados en un movimiento donde se supone que se engendran unos a otros, pues así son las reglas del lenguaje especulativo. “El saber no encuentra su validez en si mismo, en un sujeto que se desarrolla al actualizar sus posibilidades de conocimiento, sino en un sujeto practico que es la humanidad”[22]. La legitimación mediante un metadiscurso llamado ciencia, la cual tiene pretensión antológica, pero es interrogante y no totalizador.

La deslegitimación

En la sociedad y culturas contemporáneas, la cuestión de la legitimación del saber se encuentra planteada en otros términos. El relato ha perdido su credibilidad, sea cual sea el modo de unificación que se le haya asignado, sea relato especulativo o relato de emancipación. Dicha decadencia se ve en los relatos a través del auge de técnicas y tecnologías, este auge ha eliminado la alternativa comunista y ha revalorizado el disfrute individual de bienes y servicios.

“el impacto que la recuperación y la prosperidad capitalista, por una parte, el auge desconcertante de las técnicas, por otra, pueden tener sobre el estatuto del saber es ciertamente comprensible. Pero antes es preciso reparar en los gérmenes de la deslegitimación y del nihilismo”[23].

El dispositivo especulativo en principio encubre una equivocación con respecto al saber, pues, muestra que este solo merece su nombre en tanto se reitera en la cita que hace de sus propios enunciados en el seno de un discurso de segunda clase que los legitima.

Una ciencia que ha encontrado su legitimidad no es una ciencia autentica, desciende del rango mas bajo, el de la ideología o el de instrumento de poder, si el discurso que debía legitimarla aparece en si mismo como referido a un saber precientifico, al mismo titulo que un simple y llano relato.

De este modo nos encontramos ante la idea de una perspectiva que no esta lejos, al menos según esta consideración, como son los juegos del lenguaje. así las antiguas facultades estallan en instituciones y fundaciones de todo tipo, perdiendo de esta manera las universidades su función de legitimación especulativa. Despojadas de la responsabilidad de la investigación que el relato especulativo ahoga, se limitan a transmitir los saberes considerados establecidos y aseguran por medio de la didáctica más bien de la reproducción de los profesores que la de los savants se han convertido en científicos.

La nostalgia del relato perdido ha quedado olvidada desaparecida por si misma para la mayoría de la gente. De lo que no se sigue que estén entregados a la barbarie. Lo que se los impide es saber que la legitimación no puede venir de otra parte que de su practica lingüística y de su interacción comunicacional. Ante cualquier otra creencia, la ciencia les ha enseñado la ruda sobriedad del realismo.

La investigación y su legitimación
por la performatividad

Regresemos a la ciencia y examinemos la pragmática misma de la investigación y observaremos que se encuentra afectada en sus regulaciones esénciales por dos importantes modificaciones, una el enriquecimiento de las argumentaciones y la complicación de la administración de pruebas. La investigación científica toma lenguajes cuyas propiedades demostrativas parecen desafíos a la razón de los clásicos. Estos lenguajes y su uso frecuente no es indiscriminado, esta sometido a una condición que se pueda dar el nombre de pragmática, pues llega a formular sus propias reglas y pedir al destinatario que las acepte.

La argumentación exigible para la aceptación de un enunciado esta subordinada a una primera aceptación de las reglas que fijan los medios de la argumentación. De aquí surgen dos propiedades destacables de ese saber, por un lado, la flexibilidad de sus medios, es decir, la multiplicidad de sus lenguajes, su carácter de juego pragmático, la aceptabilidad de las jugadas que se hacen que depende de un contrato establecido entre los compañeros.

De aquí salen dos tipos de progreso en el saber, uno es el correspondiente a una nueva jugada en el marco de las reglas establecidas, otro a la investigación de nuevas reglas y, por tanto, a un cambio de juego. A esta nueva disposición corresponde, evidentemente, un desplazamiento de la idea de la razón.

La enseñanza y su legitimación
por la performatividad

En cuanto a la otra vertiente del saber, la de su transmisión, es decir, la enseñanza, parece adecuado describir la manera en que predominio del criterio de performatividad la afecta, la cuestión de su transmisión se subdivide pragmáticamente en una serie de de preguntas sobre a quien se dirige.

Cuando el criterio de pertinencia es la performatividad del sistema social admitido se adopta la perspectiva de la teoría de sistemas, se hace enseñanza superior, un subsistema del sistema social, y se aplica el mismo criterio de performatividad a la solución de cada uno de esos problemas.

El efecto deseado aquí, es la contribución optima de la enseñanza superior a la mejor performatividad del sistema social. Una enseñanza que deberá formar las competencias que le son indispensables a éste ultimo. Son de dos tipos. Unas están destinadas de modo mas concreto a afrontar una competición mundial. Varían según las especialidades respectivas que los Estados – naciones o las grandes instituciones de formación pueden vender en el mercado mundial.

“el principio de performatividad, incluso si no permite decidir claramente en todos los casos la política a seguir, tiene por consecuencia global la subordinación de las instituciones de enseñaza superior a los poderes.”[24]

En el contexto de la mercantilización nos encontramos hoy ante la pregunta de que: ¿se puede vender? Y en el contexto político la pregunta es: ¿es eficaz?, pues la disposición de una competencia preformativa parecería que debiera ser el resultado vendible en las condiciones anteriormente descritas, y es eficaz por definición. Lo que deja de serlo es la competencia según otros criterios, como verdadero/falso, justo/injusto y evidentemente la débil performatividad en general.

La ciencia postmoderna
como investigación de inestabilidades

Debemos tener claro que la expansión de la ciencia no se hace por medio del positivismo de la eficiencia, sino que es todo lo contrario, es decir, trabajar con la prueba es buscar e inventar el contra ejemplo, es decir, lo ininteligible, trabajar con la argumentación, es buscar la paradoja y legitimarla con nuevas reglas del juego de razonamiento, la eficiencia no se busca por si misma, es dada por añadidura cuando los socios capitalistas se ínter lazan al fin por el caso.

Lo que ya no tiene vigencia no es preguntarse lo que es verdadero o falso, es representarse a la ciencia como positivista, y condenada a este conocimiento sin legitimar, a este semi – saber que le atribuían los idealistas alemanes. Debe de quedarnos claro que el rasgo mas llamativo del saber científico postmoderno es la inmanencia en sí misma, pero explicita del discurso acerca de las reglas que le dan validez.

La legitimación por la paralogia.

El recurso a lo grandes relatos esta excluido, no se podría pues, recurrir ni a la dialéctica del espíritu ni tampoco a la emancipación de la humanidad para dar validez al discurso científico postmoderno, el pequeño relato se mantiene como la formadora por excelencia que toma la invención imaginativa, y, desde luego, la ciencia. Por otra parte, el principio del consenso como criterio de validación parece también insuficiente. O bien es el acuerdo de los hombres en tanto que inteligencias cognoscentes y voluntades libres obtenido por medio del dialogo. No vale entonces más que como medio para el verdadero fin, el que legitima el sistema, el poder.

La paralogia no es innovación esta es controlada y en todo caso utilizada, por el sistema con el fin de mejorar su eficiencia: aquella es una jugada, de una importancia a menudo no apreciada sobre el terreno, hecha en una pragmática de los saberes.

El consenso es un horizonte, nunca es adquirido, en si mismo no carece de reglas, pero su determinación siempre es local. El sistema no puede funcionar más que reproduciendo su complejidad, el sistema debe suscitar la adaptación de las aspiraciones individuales a sus propios fines, reproducir la complejidad viene exigido por la competencia del sistema en lo que se refiere al poder.

Conclusión

El objetivo del trabajo de Lyotard en La condición postmoderna tiene por objeto el saber en las sociedades más desarrolladas. Y tal condición designa las transformaciones culturales que han afectado las reglas del juego de la ciencia, la literatura, las artes con relación a la crisis de los relatos; entendidos estos últimos como discursos legitimadores de ciertas verdades parciales que han permitido un alto grado de certidumbre.

La hipótesis del texto es que el saber modifica su estatuto al mismo tiempo que cambian las sociedades y entran en lo que se conoce como la era postindustrial. Y el saber científico en este tipo de sociedad está validado por un discurso legitimado de sus propósitos, es decir, está legitimado por el lenguaje, por los discursos construidos a su alrededor, por las informaciones y los medios que informan, por las teorías de la comunicación y la informática, etc. El saber está afectado por dos funciones principales: la investigación y la transformación del conocimiento.

Uno de los problemas que aborda Lyotard es el problema de la legitimación del saber; ya que saber y poder son las dos caras de una misma moneda. ¿Quién decide lo que es saber, y quién sabe lo que conviene decidir? Esta cuestión del saber en la era de la informática es asunto de gobierno.

Pero el asunto de la legitimación del saber está en los relatos y en los metarelatos , por eso el trabajo de Lyotard describe el método de estos relatos encontrando las reglas narrativas del juego del lenguaje. Primero, las reglas no tienen legitimación en sí mismas, sino que se validan mediante el contrato entre los jugadores. Segundo: sin reglas no hay juego; si se modifican las reglas es otro juego el que se inaugura. Tercero: todo enunciado debe ser considerado como una jugada hecha en un juego mayor, es decir, hablar es combatir, ya que los actos del lenguaje se derivan de una agonística general.

La condición postmoderna asume al lazo social como un vínculo múltiple de pliegues cada vez más intrincados e inasibles: mudables. Y esta característica del lazo social obstaculiza la consolidación de los grandes relatos de la historia y de la ciencia.

Enseguida Lyotard distingue entre dos pragmáticas: la del saber narrativo y la del saber científico. Este último no es, ni por mucho, todo el saber. Así el saber narrativo alude a los relatos del conocimiento de la tradición y del saber popular. Mientras que el saber científico alude a un tipo de pragmática discursiva menos lírica y más referencial (destinador-referente-destinatario), buscando su legitimación en la correspondencia de su relato con la verdad de lo referido (el caso de Copérnico y su relato de la trayectoria circular de los planetas).


Finalmente, Lyotard aborda el asunto de la legitimación del saber posmoderno por la paralogía. Lo que significa que el saber en esta reciente condición del hombre es un conocimiento siempre parcial, inconmensurable por posible, donde los juegos del lenguaje serán entonces juegos de información completa en el momento considerado, pero siempre juegos parciales como para poder tomar posiciones de equilibrio mínimas. Así desaparecen los grandes relatos y metarrelatos narrativos o científicos, para dar paso a la multiplicación de las verdades parciales concretados en mínimos discursos validados sólo parcialmente y por un tiempo finito.

El nuevo estatuto del saber del que habla Lyotard, tiene que ver con la crisis que se manifiesta a partir de la relativización de los puntos de vista centrales, del derrumbamiento de las ideologías y en consecuencia de la Guerra Fría, del desmoronamiento del concepto unitario de la historia, y en resumidas cuentas, del escepticismo frente a los grandes relatos.

La relación entonces entre los grandes relatos y el relato narrativo es desigual y hace parte de la historia del imperialismo cultural desde los comienzos de occidente, la cultura postmoderna en las sociedades desarrolladas, invita, de esta manera, a la puesta en escena de pequeños relatos cuya legitimación no puede venir de otra parte que de su práctica lingüística y de su interacción comunicacional en la cual lo importante es la lucha y la diferencia, por contraposición al consenso.

La crisis de las ciencias y su decapitación filosófica es producto del desgaste interno de la legitimación del saber. La crisis de la metafísica está ligada al derrumbamiento de los grandes relatos. El efecto que produce dicho desgaste en los países industrializados de la postguerra, es la proliferación de tecnologías poniéndose

Entonces, como no hay ni un criterio de verdad absoluta, ni la recurrencia a los puntos de vista centrales, ni a los grandes relatos, la consecuencia, es la deslegitimación de todo conocimiento universal y supratemporal que pone en escena el triunfo definitivo de las cosmovisiones.

Desde la perspectiva postmoderna, la crisis de las ciencias y su decapitación filosófica es producto del desgaste interno de la legitimación del saber: La crisis de la metafísica esta ligada al derrumbamiento de los grandes relatos.

Bibliografía:

Jean – Francois Lyotard, La Condicion Postmoderna, Catedra, 1987

[1] Jean – Francois Lyotard, La Condicion Postmoderna, Catedra, 1987, pp 14.
[2] Ibidem, pp 15
[3] Op. Cit, La Condicion Postmoderna, pp 16
[4] Ibidem, pp 18.
[5] Op Cit, La Condicion Postmoderna, pp 21.
[6] Ibidem, pp 23.
[7] Op. Cit, La Condicion Postmoderna, pp 25
[8] Ibidem, pp 26
[9] Op Cit, La Condicion Postmoderna, pp 28
[10] Ibidem, pp 30
[11] Op Cit, La Condicion Postmoderna, pp 33
[12] Ibidem, pp 36
[13] Op Cit, La Condicion Postmoderna, pp 37
[14] Ibidem, pp 43
[15] Op Cit, La Condicion Postmoderna, pp 45
[16] Ibidem, pp 51
[17] Op Cit, La copndicion Postmoderna, pp 52
[18] Ibidem, pp 53
[19] Op Cit, La Condicion Postmoderna, pp 58
[20] Ibidem ,pp 60
[21] P Cit, La Condicion Postmoderna,pp 66
[22] Ibidem, pp 69
[23] Op Cit, La Condicion Postmoderna, pp 74
[24] Ibidem, pp 92.